Los celos son una emoción intensa que surge al percibir una amenaza real o imaginaria en la relación de pareja, generando preocupación, inseguridad y miedo a perder a la persona amada.
Pueden ser desencadenados por situaciones como la sospecha de infidelidad o la atención hacia terceros.
Estos sentimientos se manifiestan con ansiedad, tristeza e incluso ira, llevando a emociones negativas como la envidia y la inseguridad.
Los celos pueden provocar comportamientos controladores, posesivos o violentos al sentirse amenazada la estimación deseada.
m. Los celos son una emoción que surge cuando percibimos una amenaza real o imaginaria en nuestra relación de pareja. Se caracterizan por sentir una intensa preocupación o inseguridad por el miedo de perder a nuestra pareja o de ser reemplazados por otra persona. Los celos pueden ser desencadenados por diferentes situaciones, como la sospecha de infidelidad, la atención o el afecto mostrado hacia otra persona, o incluso por el pasado amoroso de nuestra pareja.
Estos sentimientos de celos pueden manifestarse de diferentes formas, desde la ansiedad y la tristeza hasta la ira y la agresividad. Las personas celosas suelen experimentar una gran cantidad de emociones negativas, como la envidia y la inseguridad, lo que puede llevar a comportamientos controladores, posesivos o incluso violentos.
Los celos surgen cuando otra persona o situación pone en peligro el afecto o la estimación que uno desea para sí. La persona celosa puede reaccionar no solamente contra quien usurpa su posesión, sino también contra aquel cuyo afecto o estimación busca. El estado emocional que brota de los celos puede dominar los pensamientos de su víctima o presentarse en forma de reacción pasajera.
Cabe que surjan de una situación concreta o como respuesta a condiciones vagas. En cuanto a las reacciones en sí, unas veces son de tipo vengativo y otras pasivo con tendencia a apesadumbrarse y sentir compasión de uno mismo. A veces los. celos en los niños provocan la regresión a costumbres infantiles, como la de orinar en la cama, al retorno a temores que habían desaparecido o la aparición de nuevos hábitos, como los de mentir.
Se ha descubierto que los niños celosos son más egoístas, belicosos y miedosos y que profesan más cariño hacia uno de sus padres que los normales. Muestran también más problemas de conducta, como pesadillas, afán destructivo y deseo de hacer cosas que llamen la atención. Los celos se presentan en los niños independientemente de su grado de inteligencia y se producen con más frecuencia cuando la diferencia de edad con otro niño de la misma familia no llega a 18 meses o es mayor de 42.
Es importante reconocer que los celos pueden ser normales en cierta medida en una relación, ya que son una forma natural de proteger nuestra conexión emocional con nuestra pareja. Sin embargo, cuando los celos se vuelven excesivos y descontrolados, pueden dañar seriamente la relación y la salud mental de las personas involucradas.
Superar los celos requiere trabajar en nosotros mismos, cultivar la confianza en nuestra pareja y aprender a manejar nuestras emociones de manera saludable. La comunicación abierta y honesta, el establecimiento de límites claros y el fortalecimiento de la autoestima son herramientas clave para lidiar con los celos y construir relaciones más sólidas y saludables.