El término centellador y su forma femenina centelladora se refieren a algo que centellea, es decir, que brilla o destella de manera intermitente.
Este adjetivo evoca imágenes de luces que parpadean o de objetos que reflejan la luz de forma vibrante.
Su uso puede aplicarse tanto en contextos poéticos como en descripciones más técnicas, donde la idea de un brillo fugaz y atractivo cobra protagonismo.