La centralización en ciencia política se refiere a la concentración progresiva de la autoridad y el poder en manos del estado.
Su origen se remonta al surgimiento del estado nacional, que buscó superar la anarquía de la sociedad feudal.
Este concepto abarca diversas relaciones, como la interacción entre un estado unitario y sus divisiones locales, así como la dinámica entre gobiernos federales y sus estados.
La centralización no siempre implica un aumento de poder absoluto, sino que puede manifestarse de múltiples formas en la estructura gubernamental.
En ciencia política, concentración progresiva de la autoridad y el poder en manos del estado. Su evolución histórica se inicia con la aparición del moderno estado nacional, que hubo de enfrentarse con la anarquía que caracterizaba a la excesivamente descentralizada sociedad feudal (v. Nacionalismo, Auge del Nacionalismo; Francia, Historia, Richelieu y Luis XIV; Feudalismo). Pero la centralización tiene un significado mucho más amplio según la moderna experiencia política, implicada como se ve por lo menos con cuatro factores: relación entre la autoridad de un estado unitario (gobernado por entero desde su centro) con sus divisiones gubernamentales locales; relación de un gobierno federal con los estados que lo componen; concentración de la autoridad en manos del poder ejecutivo, como equiparado al legislativo; concentración de la autoridad en algunos de los mayores departamentos a cualquier nivel gubernamental. La centralización, sin embargo, no tiene por que ser sinónima de poder directo y absoluto en el centro. Puede ser legislativa simplemente; legislativa con alguna intervención en la administración local; del todo administrativa o simplemente de carácter regulador; o puede consistir en el establecimiento de normas uniformes que serán aplicadas discrecionalmente por las administraciones locales.
La tendencia histórica imperante insistía en reforzar el poder de la capital sobre el de las localidades o provincias. En los estados unitarios del mundo occidental, la Edad Media fue un periodo de ciudades florecientes y monarquías endebles. Pero a comienzos del siglo xvi, «el centro» logró un notable triunfo en Francia y Prusia al tomar las riendas de la política y controlar la administración local. En Gran Bretaña la evolución fue poco acentuada hasta comienzos del siglo xix. El movimiento centralizador tuvo su origen normalmente en la necesidad de defender a la nación contra los agresores extraños y en el deseo de aumentar el poder nacional reforzando la riqueza del país mediante su desarrollo económico. A estos factores se añadieron en el siglo xix la facilidad de los transportes y las comunicaciones, que fomentaron la aparición de ideales básicos compartidos por toda la nación y los medios técnicos que facilitaron la tarea de gobernar toda el área nacional desde su centro. Por otra parte, la revolución industrial creó poblaciones densas, con un ideal común de mejorar su nivel de vida, y se hizo imperativo el establecimiento de una política centralizada, capaz de regular las relaciones económicas íntimamente enlazadas que se basaban en la división del trabajo. Véase Revolución industrial.
En Europa, como en los Estados Unidos, la administración de muchos servicios sociales y «domésticos» (como la educación, salud pública y carreteras) corrió al principio, con raras excepciones, a cargo de juntas provinciales o locales, elegidas por las comunidades. En el último siglo, sin embargo, los gobiernos han superado su antigua esfera de poder, limitada a dictar leyes básicas, e intervienen en la administración local mediante controles centralizados, supervisiones, normas, inspección, revisiones contables, subvenciones y limitaciones arancelarias, al tiempo que usurpan otras funciones, como la regulación del Comercio y de las relaciones entre la mano de obra y la dirección. El gobierno municipal o local se encuentra ahora a la defensiva.
En las relaciones internacionales se hace evidente una tendencia similar a la centralización en la organización militar (Organización del Tratado del Atlántico Norte, Bloque Soviético), en la producción y venta de materias primas en Europa occidental (Comunidad Europea del Carbón y el Acero, Organización Europea de Cooperación Económica) y en ramas como las de relaciones laborales, salud pública internacional y desarrollo económico de regiones retrasadas mediante una coordinación limitada de la política legislativa de los países participantes, realizada por organismos especializados de las Naciones Unidas (v. Organización Internacional del Trabajo; Naciones Unidas). También son buen ejemplo de centralización internacional el Benelux y otros pactos económicos y los planes concertados por la Comunidad Británica para el desarrollo político y emancipación eventual de las colonias (v. Benelux). Tales disposiciones tienden a modifica la soberanía o independencia ilimitada de las naciones de la misma forma que se modificó la soberanía de las ciudades medievales.
La centralización se ha impuesto por las indudables ventajas que posee en el terreno práctico. Una autoridad central está en mejores condiciones para procurarse los servicios de técnicos expertos y poner estos servicios a disposición de todo el país. No menos importante es el ahorro en personal y material que permiten realizar las operaciones en gran escala. Otras actividades, como el comercio, represión de delitos, salud pública, mercado laboral, comunicaciones y servicios públicos funcionan más eficazmente en una extensa zona administrativa, que reduce al mínimo los errores y gastos. El interés público en ramas como la educación y los servicios sanitarios exige que los programas administrativos y la uniformidad de normas se apliquen sobre un territorio conmensurable con dicho interés. Finalmente, comparado con el poder legislativo, el ejecutivo presenta ventajas como la de contar con un equipo de especialistas y una organización mejor conjuntada y la de concentrarse de forma más continua en el trabajo. Por otra parte, la centralización puede ahogar la autonomía, la iniciativa local y la experimentación, con lo que quedaría sometida a gastos inútiles, a frustración y a los errores propios de un sistema excesivamente amplio, complejo y difícil de manejar. Véase Burocracia; Descentralización; Mercado Común Europeo; Representación; Separación de poderes.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de centralización (ciencia política)
Palabra inversa: )acitílop aicneic( nóicazilartnec Número de letras: 31 Posee un total de 14 vocales: e a i a i ó i e i a o í i a Y un total de 15 consonantes: c n t r l z c n c n c p l t c
¿Es aceptada "centralización (ciencia política)" en el diccionario de la RAE?