El término cércene tiene su origen en el dialecto de Salamanca, donde se utiliza como una variante de la palabra cercén.
En su primera acepción, se presenta como un adverbio que se relaciona con esta forma, mientras que en la segunda, se usa en la expresión a cércene, también vinculada a cercén.
Ambas formas reflejan la riqueza del lenguaje local y su evolución en el habla cotidiana.