Las cerraduras medievales son un reflejo de la historia de la seguridad en la arquitectura de la época.
Las primeras llaves, con diseños que imitaban motivos arquitectónicos, presentaban características innovadoras como astiles redondos y paletones dentados.
Estas cerraduras, que evitaban el uso de guardas fijas, fueron fundamentales para proteger viviendas y edificios hasta el siglo XVIII, marcando el inicio de la evolución hacia los sistemas de seguridad modernos.
Las primeras llaves medievales iban provistas de anillas u ojos que remedaban motivos arquitectónicos: rombos, tréboles, cuatrifolios. Los astiles o tijas eran redondos y los paletones de tal manera dentados y perfilados que parecían indicar el deseo de evitar la instalación de guardas fijas en el interior de la cerradura. Las tijas, terminadas en pezón hueco o puntiagudo, podían girar en la cerradura sobre un punto fijo. De hecho estas llaves son las antecesoras directas de las actuales. Los pestillos de entonces presentaban en su borde inferior una muesca llamada técnicamente «talón», en la que encajaba el morro de la llave para desplazar el pestillo horizontalmente.
Desde fecha temprana hasta fines del siglo xviii , el principal método adoptado para mantener la seguridad de viviendas o edificios (con excepción del candado de letras) consistió en poner obstáculos internos fijos en la caja de la cerradura; los paletones de la llave se hacían de forma que pudieran eludirlos y alcanzar el cerrojo. Por lo general, el ojo de la cerradura se disimulaba por medio de un escudete de resorte oculto que formaba parte de la decoración exterior de la puerta.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de cerraduras medievales
Palabra inversa: selaveidem sarudarrec Número de letras: 20 Posee un total de 9 vocales: e a u a e i e a e Y un total de 11 consonantes: c r r d r s m d v l s
¿Es aceptada "cerraduras medievales" en el diccionario de la RAE?