La palabra chanada se utiliza en el ámbito familiar y coloquial para referirse a un chasco o una superchería.
Este término evoca situaciones en las que alguien es engañado o sorprendido de manera inesperada, generando una mezcla de sorpresa y desilusión.
En este sentido, la chanada puede ser vista como un juego de ingenio o una broma que, aunque puede resultar divertida, también puede dejar un sabor amargo en quien la sufre.