La palabra chicada tiene dos acepciones que reflejan situaciones de vulnerabilidad y cuidado.
En su primera definición, se refiere a un rebaño de corderos que, por estar enfermizos y ser tardíos, requieren atención especial, lo que puede apartar a los pastores del resto del ganado.
En la segunda acepción, se utiliza para describir a un grupo de niños, evocando una imagen de inocencia y juego.
Ambas definiciones resaltan la necesidad de protección y dedicación.