El chicle, en esta acepción, se refiere a una sustancia elástica y masticable que se utiliza principalmente para el entretenimiento o para refrescar el aliento.
Está compuesto por una base de goma, a la que se le añaden sabores y aromas artificiales o naturales para mejorar su gusto.
A menudo, también contiene edulcorantes y colorantes. El chicle no se traga, sino que se mastica para disfrutar de su sabor y textura.
Ejemplos de uso: "Compré un paquete de chicle de menta para mantener mi aliento fresco durante la reunión".
"Siempre llevo chicle en mi bolso, me ayuda a concentrarme mientras estudio".
En esta acepción, el término "chicle" hace referencia a la sustancia natural obtenida del árbol de chicozapote (Manilkara zapota), originario de América Central y del sur de México.
La gomorresina se extrae haciendo incisiones en el tronco del árbol, de donde fluye un látex blanco y pegajoso que, tras un proceso de secado y purificación, se convierte en la base natural para la producción de chicle antes de la introducción de bases sintéticas.
Esta gomorresina ha sido utilizada desde tiempos precolombinos tanto por sus propiedades adhesivas como por ser masticable.
Ejemplos de uso: "Los antiguos mayas ya conocían el uso del chicle extraído del chicozapote como una goma para mascar".
"La extracción sostenible del chicle del árbol de chicozapote sigue siendo una importante fuente de ingresos para algunas comunidades en México".
♦ Esta acepción se emplea en: América
Origen etimológico de chicle: proviene del náhuatl tzictli.
Segundo diccionario: chicle
Origen de la palabra: (mejic. tzictli.)
m. Méj. Gomorresina que fluye del tronco del chicozapote. Es masticatorio.
Producto de confitería de tipo económico, muy popular en Estados Unidos, pero que se consume en el mundo entero. Su ingrediente básico (del 25 al 100 %) es una gomorresina extraída del chicozapote o de la sapodilla (Achras sapota), árbol que prospera principalmente en México (Yucatán), Guatemala y Honduras (Belize). Los nativos sangran los árboles de forma similar a la empleada para obtener azúcar de arce. El jugo de chicle, una vez hervido para concentrarlo, se enfría y expide en forma de panes, a los centros de elaboración, que, en su mayoría, se encuentran en Estados Unidos. Tales centros proceden al refinado, esterilización, etc., mecánicos del chicle bruto, que pasa luego a grandes mezcladoras que le incorporan azúcar, jarabes y agentes aromáticos como extractos de frutas, regaliz, hierbabuena o menta. Una vez acabado este proceso inicial, la pasta laminada, cortada en pastillas y envasada, es expedida a los distribuidores nacionales y extranjeros. Estados Unidos, primer consumidor del mundo.
Los tramperos y exploradores utilizaban la savia del abeto y otros árboles como «goma de mascar», costumbre que aprendieron de los indios y, al igual que ellos, descubrieron que podían aplacar la sed gracias a la excitación que la goma de mascar producía en las glándulas salivales. Las Fuerzas Armadas norteamericanas introdujeron el uso del chicle, durante la II Guerra Mundial, en los más remotos países, donde gozó de un inmediato favor entre los indígenas que, tradicionalmente, habían mascado resinas de los árboles de la jungla en los países tropicales y trozos de esperma o grasa de ballena en las regiones árticas.
La popularidad de la goma de mascar en todas las capas sociales de Estados Unidos ha sido tema de numerosas sátiras. Elbert Hubbard escribió en The Philistine: «Este no será un país civilizado hasta que no gastemos más dinero en libros que en chicle».