Los cianuros son sales derivadas del ácido cianhídrico, que comparten características con las haloideas.
Entre los más relevantes se encuentran el sódico, potásico y cálcico.
Al disolverse en agua, estos compuestos generan soluciones alcalinas.
Los cianuros son conocidos por su capacidad para disolver metales como la plata y el oro, formando sales complejas que se utilizan en procesos electrolíticos.
Sales del ácido cianhídrico, químicamente similares a las haloideas (v. Cianhídrico, Ácido; Halógeno). Los más importantes son el sódico, NaCN, el potásico, KCN, y el cálcico, Ca(CN)2, que al disolverse en agua se hidrolizan, alcalinizando la solución: Na+CN- + H2O => HCN + Na+ OH-
La solución de cianuro sódico disuelve la plata y el oro metálicos para dar las correspondientes sales complejas, el argentocianuro sódico, NaAg(CN)2, y el aurocianuro sódico, NaAu (CN)2. Los cianuros complejos suelen utilizarse como electrolitos en muchos procesos electrolíticos (v. Galvanostegia). El ferricianuro potásico, K3Fe(CN)6, es otro ejemplo de la capacidad del ion cianuro para formar iones complejos (v. Ion) estables con muchos iones metálicos. Una solución de ferricianuro potásico no presenta prácticamente ninguna de las propiedades de los iones férrico o cianuro y está compuesta por iones potasio K+ y ferricianuro Fe (CN)6 (v. Hierro). La superficie del hierro o del acero puede endurecerse cubriéndola con cianuro y calentando a temperatura elevada (v. Cementación). Todos los cianuros son enormemente tóxicos; a concentraciones superiores a las cinco partes por millón causan rápidamente la muerte. Véase Venenos y antídotos.