Es el ciervo de la literatura y de la caza, parecido al uapití americano con el cual ha sido cruzado con éxito. La primitiva morada del ciervo común (Cervus elaphus) fue, probablemente, el Asia central. Sobrevive en las regiones templadas de Europa, especialmente en el Cáucaso, Asia Menor y en los Cárpatos, donde subsisten los más hermosos. Han sido introducidos en Nueva Zelanda, donde se encuentran el mayor hato del mundo. En Inglaterra sólo habitan en las tierras altas de Escocia o las reservas. Los de Escocia, aunque desmedrados por la escasez de alimentos, son de los más inteligentes y de majestuoso porte. Los ejemplares grandes miden, en la cruz, más de 1,30 m de altura. El color general del cuerpo es pardo rojizo, ligeramente grisáceo en invierno; los jóvenes están moteados de blanco. Estos animales son gregarios y los machos luchan furiosamente por la posesión de las hembras. Como norma sólo se produce una cría en cada camada. Las astas bien desarrolladas tienen por lo menos 12 puntas, pero se ha dado en Inglaterra un ejemplar con 20 puntas; un animal procedente de un parque llegó a tener 39 puntas.