La cirugía plástica es una especialidad médica que se enfoca en la restauración o modificación de partes del cuerpo.
Su objetivo principal puede ser tanto funcional, como en el caso de reparar lesiones, como estético, buscando mejorar la apariencia.
Este tipo de cirugía a menudo implica el trasplante de tejidos y es comúnmente conocida como cirugía estética, ya que también se utiliza para realzar características físicas.
Que tiene por objeto restaurar o modificar partes del cuerpo, generalmente por trasplante de tejidos. También se llama cirugía estética.
Se sugiere leer también la definición de: cirugía2º artículo
Rama de la Medicina especializada en la reconstrucción y corrección de las deformidades del cuerpo humano, reparación de heridas o restauración de porciones del organismo perdidas por traumatismos o enfermedades. La cirugía plástica se ha visto en entredicho por la intromisión en sus dominios de personas incompetentes y logreras. Constituyó campo abonado para la propaganda, especialmente por lo que se refiere a la cirugía de la cara, correcciones de nariz y otras formas de la llamada cirugía «cosmética». Sin embargo, no hay rama de la Medicina que haya hecho más en favor de aquéllos que sufren por la pérdida de una función o una tara de aspecto repulsivo o embarazoso.
Cumple en gran parte su misión remplazando los tejidos perdidos con otros sanos procedentes de otras partes del cuerpo. Se han ideado multitud de procedimientos ingeniosos a este respecto. En el caso de graves lesiones de la mano, por ejemplo, el miembro entero se implanta en la pared abdominal hasta conseguir la restauración de sus tejidos, que se separan entonces de su lecho matriz para reconstruir la parte lesionada. Mediante el empleo de colgajos de tejidos sanos próximos a lugares afectados por gruesas cicatrices faciales subsiguientes a quemaduras se consigue un semblante aceptable, si no una restauración normal. Tales formas de cirugía plástica revistieron particular importancia en el tratamiento de heridas producidas en accidentes industriales o de guerra.
Por añadidura, además del trasplante de tejidos, es también posible remplazar algunos, como los de oreja y nariz, con imitaciones de plástico tan habilidosamente manufacturadas que sólo pueden distinguirse del órgano verdadero mediante cuidadoso escrutinio. La cirugía plástica se aplica a la reconstrucción de manos defectuosas o lesionadas con tanto acierto que éstas llegan a recuperar su capacidad funcional. Los pies zambos se operan con gran éxito. Es posible alargar o acortar una pierna hasta 7 cm por extirpación o implantación de hueso y estiramiento o acortamiento de músculos.
La cirugía cosmética, aunque sujeta a mucha propaganda desaprensiva, es asimismo una rama legítima de la cirugía plástica cuando se practica honestamente. Bajo el nombre genérico de cirugía estético-facial se incluyen operaciones encaminadas a estirar los tejidos excesivamente relajados para minimizar la posibilidad de las arrugas. Ciertas narices deformes constitucionalmente, por enfermedades o traumatismos pueden restaurarse o moldearse a gusto, bien entendido que a veces una perfecta nariz griega resulta peor que la primitiva por no armonizar con las facciones del individuo intervenido.
La cirugía plástica requiere una técnica muy habilidosa a la par que una gran cooperación y paciencia por parte del sujeto operado. No es infrecuente que sea necesario realizar varias intervenciones, bien porque así sea preciso o porque a veces es más conveniente hacer la operación en varios tiempos que en uno sólo. Un trasplante de piel extenso ha de realizarse por etapas, esperando a que prendan y se restablezcan los anteriores antes de implantar nuevos colgajos. Ello obliga en algunos casos a que los miembros permanezcan inmóviles en posiciones incómodas mediante tablillas o escayolas durante largo tiempo.
El gran peligro que amenaza el éxito de la cirugía plástica es la infección. Aunque las modernas incisiones quirúrgicas rara vez se infectan, no sucede lo mismo en la cirugía plástica, con sus extensas manipulaciones y el trasplante de tejidos que, al enclavarse en lugares distintos al de su origen, pierden vitalidad y propenden a la infección.