El término clarucho y su variante clarucha se utilizan en un contexto despectivo para referirse a una sustancia que ha sido diluida en exceso con un líquido, lo que resulta en una mezcla poco sustancial.
Esta palabra evoca la idea de algo que carece de fuerza o consistencia, sugiriendo una calidad inferior o insatisfactoria.
Su uso implica una crítica hacia la falta de solidez en lo que se describe.