Las clases de carruajes se determinaban por diversos factores como el número de ruedas, capacidad, atalajes, acceso al interior, tipo de cubierta y ubicación del cochero.
Los carruajes de dos ruedas, generalmente tirados por un solo caballo, tenían espacio para una o dos personas.
Ejemplos de estos incluyen la calesa, polo cari, cabriolé, dog cari y sulky.
Cada tipo de carruaje tenía características particulares que los distinguían y los hacían adecuados para diferentes usos y situaciones.
Los carruajes de dos ruedas, arrastrados normalmente por un solo caballo, disponían de asiento para una o dos personas. Figuran entre ellos la calesa, polo cari, cabriolé, dog cari y sulky.
Los carruajes de cuatro ruedas, con tiro de uno o dos caballos, solían adoptar ruedas delanteras menores que las traseras para efectuar giros cerrados.
El buckboard disponía de dos o más asientos situados sobre una tabla que reemplaza a los muelles.
El calesín admitía dos o tres personas en un asiento corrido y utilizaba capota de vaqueta.
El surrey, coche familiar de dos o más asientos y techo plano, empleaba cortinas laterales para los días lluviosos.
Carruaje surrey.
En el birlocho, de dos asientos dobles uno frente al otro y techo plegable, el asiento del cochero se situaba en el exterior.
El birlocho usado en Santiago en 1822 de Mary Graham. Archivo de la Biblioteca del Museo Nacional de Bellas Artes. CC
El brougham, diseñado para el primer Lord Brougham (1838), vehículo ligero y cerrado, admitía dos o cuatro pasajeros sentados según el modelo y apoyaba su caja sobre muelles elípticos.
El coche fue un carruaje cerrado de viaje, con dos o más asientos en la berlina y uno o más en el exterior; solía tener ventanas en las portezuelas.
El lando (landó) tenía cubierta dividida en dos secciones; en unos modelos la anterior era fija y la posterior plegable; en otros, ambas capotas podían recogerse. Comenzó a utilizarse en el siglo xviii al mismo tiempo que el landaulet, parecido a él pero más pequeño y con un solo asiento.
Carruaje lando.
La victoria, que recibió su nombre de la reina inglesa que lo utilizara, era un carruaje bajo con asiento para dos pasajeros, capota plegable y un asiento elevado en la parte delantera para el cochero.
Las cajas de los carruajes llegaron a recibir hasta 25 capas de pintura al óleo para impartirles hermoso pulimento; con frecuencia fueron decoradas con esculturas, dorados, pinturas, encajes, flecos y trabajos en metal.