La clepsidra es un antiguo reloj de agua que mide el tiempo a través del flujo de este líquido.
Este instrumento, que ha sido utilizado desde la antigüedad, se basa en el principio de que el agua, un líquido transparente, fluye de manera constante.
Además, el agua es una sustancia esencial en la naturaleza, compuesta por un volumen de oxígeno y dos de hidrógeno, y juega un papel crucial en diversas reacciones químicas y físicas.
f. Reloj de agua. [|| f. Líquido transparente, insípido e inodoro; en pequeña cantidad incoloro, verde o azul en mucha. Fís. Refracta la luz, disuelve muchas sustancias. Quím. Es combinación de un volumen de oxígeno y dos de hidrógeno (H2O). ver: agua]
Segundo diccionario: clepsidra
Origen de la palabra: (del latín clepsidra, y éste del gr. de despojar, y agua.)
f. Reloj de agua. [|| f. Cuerpo formado por la combinación de dos volúmenes de hidrógeno y uno de oxígeno, líquido, inodoro, insípido, en pequeña cantidad incoloro, y verdoso en grandes masas, que refracta la luz, disuelve muchas substancias, se solidifica por el frío, se... seguir leyendo aquí: agua.]2º artículo
Reloj de agua utilizado desde los tiempos del antiguo Egipto y Babilonia hasta el siglo xviii. En su modelo más sencillo el paso del tiempo era registrado por el descenso de nivel del agua contenida en un recipiente provisto de un pequeño orificio de escape en el fondo. Los oradores de los tribunales atenienses tenían limitado su tiempo al escape de una determinada cantidad de agua. En otro tipo de clepsidra la medición del tiempo se verificaba mediante un flotador dispuesto en el interior de un recipiente en el cual penetraba el agua gradualmente por su parte superior. Al subir el nivel del agua, ascendía el flotador, que marcaba el tiempo sobre la escala indicada en el recipiente. En otro modelo más perfeccionado, el flotador, provisto de un vástago, movía un sistema de engranes y éstos, una aguja que indicaba el tiempo en un círculo graduado. Las clepsidras fueron introducidas en Roma hacia el año 160 a. de J.C. César las menciona en su libro de las Galias. Sus legiones utilizaron clepsidras para medir las tres horas de guardia que habían de cumplir los centinelas. En el siglo xvi el astrónomo danés Tycho Brahe usó un reloj de agua en su observatorio.