La cocción líquida es un método culinario que implica sumergir alimentos, especialmente carnes menos tiernas o curadas, en agua hirviendo a fuego lento.
Este proceso permite que las carnes se cocinen de manera uniforme y queden bien hechas, lo que se nota por la facilidad con que se separan sus fibras.
Además, al servir platos fríos como el jamón o la cecina, es importante enfriarlos en el mismo líquido de cocción.
En ocasiones, se combinan con verduras para enriquecer el sabor.
Las porciones menos tiernas y algunas carnes curadas exigen, como método más adecuado de cocción, la inmersión en agua, que se mantiene hirviendo a fuego lento. Cuando se trata de servir en frío los grandes trozos hervidos de este modo, como en el caso del jamón y la cecina, habrán de enfriarse el mismo líquido en que cocieron. La cocción a fuego lento de trozos más bien pequeños recibe el nombre de guisado. A veces se emperdiga la carne por el procedimiento de salteado y se adicionan verduras. Las carnes cocidas por el sistema de cocción liquida han de quedar bien hechas, cosa que se advierte por la facilidad con que se separan sus fibras.