Breve oración litúrgica rezada por una comunidad de fieles en los oficios cristianos. Esta forma de oración tuvo su origen en la Iglesia primitiva, probablemente como súplica hecha por una asamblea (collectio) de personas. En las Iglesias católicas y anglicana, y menos corrientemente en las protestantes, las colectas tienen lugar en ocasiones muy diferentes. La colecta comienza con una invocación a Dios Padre, continúa con la conmemoración del acontecimiento especial que se celebre, presenta después la petición de alguna gracia o bendición y finaliza con una oración a Dios Hijo.