Colón, Cristóbal (1451-1506) fue un destacado navegante y explorador italiano, conocido por ser el descubridor de América en nombre de España.
Nacido en Génova, comenzó su vida laboral como tejedor, pero su pasión por el mar lo llevó a realizar numerosos viajes.
Tras naufragar en 1476, se estableció en Lisboa, donde su hermano lo introdujo en la cartografía.
Su ambición de alcanzar las Indias por el oeste lo llevó a emprender su famoso viaje en 1492.
Biografía de Colón, Cristóbal
(1451-1506). Descubridor de América en nombre de España, nacido en Génova en fecha no bien determinada entre el 25 de agosto y el 31 de octubre de 1451. Hijo de un tejedor de paños -magister textor pannorum-, siguió en sus primeros años el mismo oficio de su padre. A partir de los 21 años, sin embargo, realizó varios viajes como marinero en los barcos que hacían la ruta del Mediterráneo. Como naufragara en uno de ellos frente a la costa portuguesa (1476), se dirigió a Lisboa, donde su hermano Bartolomé (1445?-1515) se había establecido con anterioridad como cartógrafo. Allí alternó la ayuda a su hermano con viajes a Irlanda, Islandia, Madeira y Génova.
En 1479 casó con Felipa Perestrello, dama portuguesa de buena familia, con la que vivió en Porto Santo y Madeira, mientras realizaba algunos viajes a la costa occidental de África, uno de ellos como capitán. Por este tiempo concibió la idea de llegar por el O hasta las «Indias» —Japón, China y la India— que los portugueses estaban intentando alcanzar doblando la punta meridional del continente africano. En 1484 presentó tal proyecto al rey Juan II de Portugal, que lo rechazó. En 1485, a la muerte de su esposa, fue a España, donde su idea, a punto de ser patrocinada por el Duque de Medinaceli, interesó a la reina Isabel de Castilla. Fueron necesarios, sin embargo, siete interminables años antes de que la reina y su esposo, Fernando V de Aragón, dieran su autorización final para el viaje (17 abril 1492). En este intervalo Bartolomé Colón había planteado el asunto infructuosamente a Enrique VII de Inglaterra y Carlos VIII de Francia.
El 3 de agosto de 1492 Colón pudo zarpar del puerto de Palos con un pequeño barco, la Santa María, y dos carabelas, la Pinta y la Niña, mandadas respectivamente por los hermanos Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón (v. Pinzón, Martín Alonso; Pinzón, Vicente Yáñez). En total formaban parte de la expedición sólo 90 hombres. La pequeña flota arribó a las Islas Canarias y de allí zarpó el 6 de setiembre rumbo O en viaje de exploración. El 12 de octubre avistó tierra firme y Colón desembarcó para tomar posesión en nombre de Sus Majestades Católicas del territorio descubierto: una pequeña isla de las Bahamas llamada por los indígenas Guanahaní y bautizada por Colón con el nombre de San Salvador. El 28 de octubre descubrió la isla de Cuba y el 5 de diciembre la de Santo Domingo, que denominó la Española. El 24 de diciembre la Santa María naufragó al chocar contra un arrecife en el Golfo del Caracol, Haití. Después de construir y armar el fuerte de Navidad con sus restos, Colón embarcó en la Niña en viaje de regreso. La travesía fue larga y tormentosa, pero por fin el 15 de marzo de 1493 ambos navios, la Pinta y la Niña, llegaron al puerto de Palos. Véase Descubrimientos geográficos.
Segundo viaje.
Colón fue recibido con grandes honores por Sus Majestades en Barcelona. Le fueron confirmados los cargos de Almirante de la Mar Océano y Virrey de las Indias, ya que convenció a los soberanos de que había descubierto una península de la China y varias islas de la costa oriental de Asia. Inmediatamente se fletó una nueva expedición formada por 17 barcos y 1500 hombres, que partió a las órdenes del Almirante. La flota zarpó de Cádiz el 25 de setiembre de 1493 y llegó a la isla de Dominica, en las Indias occidentales, el 3 de noviembre. Después de descubrir Guadalupe, Antigua, Montserrat, Nevis, St. Kitts, St. Eustatius, St. Croix, Islas Vírgenes y Puerto Rico, llegó al fuerte de Navidad el 28 de noviembre para comprobar que toda la guarnición había sido asesinada por los nativos. Después de establecer un nuevo puesto colonial en la Isabelá, al frente del cual dejó a su hermano Diego (nacido en 1450?), embarcó en la Niña el 24 de abril de 1494 y partió para explorar la costa meridional de Cuba. En el curso de este viaje descubrió Jamaica el 5 de mayo y llegó a Bahía Cortés el 13 de junio. Tramada una conjura contra él en España, emprendió el regreso a la Península y llegó a Cádiz el 11 de junio de 1496.
Tercer viaje.
Al cabo de un año fue autorizado Colón para realizar un tercer viaje con la misión de descubrir el subcontinente cuya existencia sospechaba al S de las Indias Occidentales. Zarpando de Sanlúcar el 30 de mayo de 1498 con tres navios, llegó a Trinidad el 31 de julio y al día siguiente avistó el continente americano. Exploró el Golfo de Paria y pisó por primera vez tierra firme en Bahía Celeste (Venezuela) el 4 de agosto. Desde allí cruzó el Caribe hasta Santo Domingo adonde su hermano Bartolomé había trasladado la capital. Por entonces los colonos españoles, que habían arrebatado la Española a los indios, se rebelaron abiertamente contra la autoridad del descubridor. En misión de investigación enviaron los reyes a Francisco de Bobadilla, que, después de arrestar a los hermanos Colón, los devolvió a España en octubre de 1500. Véase Bobadilla, Francisco de.
Cuarto viaje.
Como consecuencia de tales acontecimientos Colón quedó desposeído de su dignidad de virrey. Sin embargo, recibió la comisión de realizar un cuarto viaje para tratar de encontrar en el continente un estrecho que permitiera pasar al Océano Indico. Tras zarpar de Sevilla el 3 de abril de 1502 y de Canarias el 25 de mayo, llegó a Martinica el 15 de junio. En julio capeó con éxito un huracán al S de la Española. Luego se dirigió por Jamaica a las islas de la Bahía y buscó infructuosamente un estrecho a lo largo de la costa de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Un asentamiento establecido en Belén de Veragua, actualmente Panamá, fue destruido por los indios. Su flota se vio invadida al mismo tiempo por la broma, dos barcos hubieron de ser abandonados y los otros dos, anegados, quedaron varados el 25 de junio de 1503 en el Golfo de Santa Ana (Jamaica). Aquí hubo de permanecer Colón aislado por espacio de más de un año. Rescatado por una carabela procedente de Santo Domingo, volvió a España, derrotado y enfermo, el 7 de noviembre de 1504. Tras vanas tentativas de recuperar sus privilegios murió en Valladolid el 20 de mayo de 1506. Años más tarde sus restos fueron trasladados a Santo Domingo, donde aún permanecen.
La pretendida tumba de Colón en Sevilla es, en realidad, la de su hijo Diego (1474-1526).
Colón, el Gran Navegante.
Quizá no exista en la historia moderna un personaje tan apasionante como Colón, diestro navegante y hábil marino, cuya visión de una nueva ruta hacia las Indias le permitió descubrir un nuevo continente. Las consecuencias de su hazaña —el alumbramiento de un nuevo mundo, la inauguración de una era de colonizaciones y exploraciones sin parangón en la historia y la expansión de la civilización occidental a dos nuevos continentes— fueron tan trascendentales que han creado entorno a Colón una aureola de mitos y leyendas que oscurecen las verdaderas cualidades que cimentaron su grandeza.
Uno de tales mitos relacionados con Colón es el de la supuesta repulsa de su proyecto por los doctos de la Universidad de Salamanca, a los que no pudo convencer de la redondez de la Tierra. En realidad, la comisión salmantina no discutió la forma geométrica de la Tierra, sino los cálculos de Colón, según los cuales la porción de océano que separaba Europa de las Indias Orientales era la mitad de lo que se creía corrientemente en la época. Basada en este criterio la comisión se opuso al proyecto, y por cierto con harta razón, ya que su opinión sobre la anchura del océano se acercaba mucho más a la verdad que la del navegante.
El mito popular más serio es el que presenta a Colón como un hombre ignorante y visionario de tierra adentro, lanzado a la anchura del océano para toparse con el más importante descubrimiento geográfico de la historia. Nada más lejos de la realidad. Colón era un experto marino y cartógrafo mucho antes de su primer viaje a América y tuvo fama de ser uno de los navegantes más competentes de su época. Su hazaña de navegación a la estima con los toscos instrumentos náuticos en uso parece casi increíble, tanto más si se tiene en cuenta que sus cálculos no podían ser comprobados por la posición relativa del Sol o los astros, como actualmente se hace (v. Navegación). Como ejemplo de estas excepcionales dotes de navegante debe recordarse que a la vuelta de su segundo viaje, después de navegar miles de millas, hizo la arribada con un error de sólo 35 millas de su objetivo, el Cabo de San Vicente. Su habilidad en la navegación costera se puso de relieve en sus exploraciones por el desconocido Mar Caribe, donde hubo de sortear multitud de cayos y bajíos sin ayuda de ninguna carta.
La patria de Colón.
El origen de Colón ha dado lugar a numerosa bibliografía en donde los autores más dados a la pasión regionalista que el sereno juicio crítico, los más ajenos al campo de los estudios históricos, por caminos retorcidos y aun a costa de retoques y falsificaciones a veces pretenden demostrar las más variadas patrias al glorioso primer Almirante de las Indias.
Colón, con sus variantes de Colom, Coloma, Santa Coloma, Colombo y Colomba, no era apellido raro por Galicia, Cataluña y Baleares, así como en Francia y en Italia; se comprende que la aparición de algún documento del siglo xv con alguno de estos apellidos dé lugar a teorías más sensacionalistas que sensatas utilizando de lo cierto y conocido cuanto puede robustecer sus respectivas tesis, pero, naturalmente, silenciando todos aquellos que las vulneran o, en último caso, amparando en una pretendida ascendencia judía la explicación de unas contradicciones notorias e inexcusables.
En España disputan su patria Pontevedra, Tortosa, Mallorca, Jerez de los Caballeros, sin faltar Toledo; algunos pueblos franceses, especialmente Córcega, también lo pretenden, y en la Liguria, su patria más aceptada por la crítica como por sus contemporáneos (varias villas cercanas a Génova se disputan lo propio) Cuccaro, Quinto, Cogoleto y Savona, y hasta Plasencia de Lombardía.
La tesis más tradicional, y verosímil es la de Génova, que arranca de las propias manifestaciones de Colón y de quienes le conocieron y trataron que lo tenían por genovés y, desde luego, «extranjero» a estos reinos.
La nacionalidad italiana de Colón, es explotada exageradamente por sus actuales compatriotas, que olvidando el que Italia no produjo ninguna expedición oficial ultramarina pretenden eclipsar la españolidad del Descubrimiento: realizado con ciencia, dinero, naves y gentes españolas. Precisamente, un Colón extranjero, incomprendido en su país como en las cortes europeas y sólo admitido y ayudado en la nuestra constituye la mayor gloria de la comprensión y universalidad del reinado de los Reyes Católicos, que regían un pais, por tantos motivos, el más preparado para escribir la página más trascendental de la Historia, después de la encamación del Hijo de Dios.
Los restos de Colón.
El Almirante poco antes de fallecer en Valladolid dispuso se le enterrase en la catedral de Santo Domingo; en 1513 se trasladaron sus restos a la cartuja de Sevilla o monasterio de Santa María de las Cuevas, en Triana. En fecha incierta (1536-59) se trasladaron a la isla Española en cuya capital se tenía por tradición cierta su existencia; cuando esta isla por el Tratado de Basilea (1795) pasó a poder de Francia, el Teniente General de la Armada, Aristizabal, los trasladó a la catedral de La Habana, y al perderse Cuba fueron trasladados de nuevo a Sevilla (1899) en cuya catedral reposan en digno mausoleo. En 1877, en sospechosa excavación en que intervino el obispo Cocchia, se hallaron unos restos con inscripciones burdamente falsificadas, pero que iniciaron la tesis dominicana de que hubo un error en 1795 y que los despojos mortales del Almirante subsistían en la catedral de Santo Domingo, opinión mantenida a ultranza, a pesar del sereno y contundente informe de la Real Academia de la Historia (1879) reiterado modernamente y que el P. Cuartero ha podido documentar de modo contundente.
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Preguntas de los visitantes
Causas económicas del viaje de Cristóbal Colón
Nombre: Sofía - Fecha: 25/02/2024
¡Hola! Me gustaría saber más sobre las posibles razones económicas que motivaron el viaje de Cristóbal Colón. ¿Qué factores llevaron al descubrimiento de América desde un punto de vista económico?
Respuesta
El viaje de Cristóbal Colón fue motivado por una serie de causas económicas, políticas y sociales. En términos económicos, una de las principales razones del viaje de Colón fue la búsqueda de una nueva ruta comercial hacia Asia. En aquella época, el comercio de especias, seda y otros productos de lujo provenientes de Asia era extremadamente lucrativo, y los europeos estaban interesados en encontrar una ruta marítima directa que les permitiera acceder a estos bienes de manera más rápida y económica.
Además, el descubrimiento de nuevas tierras suponía la posibilidad de obtener recursos naturales como oro, plata y otros metales preciosos, así como la oportunidad de establecer nuevas rutas comerciales que beneficiaran a los patrocinadores del viaje, como los Reyes Católicos de España.
En resumen, las causas económicas del viaje de Cristóbal Colón estaban estrechamente relacionadas con la búsqueda de nuevas oportunidades comerciales, la obtención de recursos naturales y el deseo de expandir el poder económico de los países europeos en aquella época.
¡Hola! Me gustaría saber más sobre las causas políticas que motivaron a Cristóbal Colón a emprender su viaje. ¿Podrían proporcionar más información al respecto? ¡Gracias!
Respuesta
El viaje de Cristóbal Colón fue motivado por una serie de causas políticas, económicas y sociales.
Entre las causas políticas del viaje de Colón se encuentran el deseo de encontrar una nueva ruta hacia Asia que permitiera a España competir con Portugal en el comercio de especias, así como la expansión del poder y la influencia de la corona española en el contexto de la Reconquista y la expulsión de los musulmanes de la península ibérica.
Además, el deseo de extender la fe católica y convertir a nuevos pueblos al cristianismo también fue una motivación política importante para el viaje de Colón.
Estas causas políticas se combinaron con motivaciones económicas y sociales para impulsar el viaje que finalmente llevó al descubrimiento de América.
¡Hola! Me gustaría saber más acerca de las razones religiosas que motivaron el viaje de Cristóbal Colón. ¿Podrían proporcionar información detallada al respecto? ¡Gracias!
Respuesta
El viaje de Cristóbal Colón en 1492 fue motivado por una combinación de factores religiosos, económicos y políticos.
En el contexto religioso, Colón estaba influenciado por su fe católica y su deseo de difundir el cristianismo.
Buscaba encontrar una nueva ruta marítima hacia Asia para establecer contactos comerciales con el fin de financiar una cruzada para recuperar Tierra Santa, lo que refleja la influencia de las Cruzadas en su pensamiento.
Además, Colón creía que al encontrar nuevas tierras también podría convertir a sus habitantes al cristianismo, lo que se alineaba con la mentalidad de la época de expandir la fe católica.
Estos motivos religiosos se combinaron con intereses económicos y políticos para impulsar su viaje financiado por los Reyes Católicos de España.