El término coloradito en el contexto mexicano se refiere a un monaguillo, que es un niño o joven que asiste al sacerdote durante las ceremonias religiosas.
Este rol es importante en la liturgia, ya que el coloradito ayuda en diversas tareas, como llevar los utensilios sagrados y participar activamente en la misa.
La palabra refleja una tradición cultural y religiosa que se mantiene en muchas comunidades.