Las comarcas naturales de Castilla son regiones que, a pesar de la aparente uniformidad de su topografía, presentan una rica diversidad geográfica y cultural.
En la submeseta septentrional, se destacan áreas como Liébana, Las Encartaciones y el Valle de Mena, entre otras.
Cada comarca tiene su propia identidad, desde la agrícola Tierra de Campos hasta las montañosas tierras de Segovia, reflejando la riqueza natural y productiva de esta histórica región de España.
comarcas naturales de Castilla (España)
Uniforme como parecería ser su topografía, dada su única distinción entre llano y montaña, Castilla presenta, sin embargo, numerosas comarcas típicas que no la hacen desmerecer a este respecto de otras regiones españolas. Así, en la submeseta septentrional, rodeadas de montañas, destacan las de Liébana, Las Encartaciones, La Losa, el Valle de Mena y el Valle de Pas. El S burgalés, con epicentro en Aranda, recibe el nombre de La Ribera y está regado por el Duero, que baña también en su parte alta la meseta de Soria. En tierras palentinas se encuentran los Altos Valles, los Valles del Cerrato y la famosa Tierra de Campos, auténtico granero de España, que se adentra profundamente en Valladolid. En la provincia segoviana descuellan La Pedriza y la Tierra de Sepúlveda, poco apropiadas para el cultivo, y, al igual que el Campo Azálvaro, destinadas al pastoreo, y en la avilesa muy principalmente el Barco de Ávila, que alimenta nutridos rebaños de ovino y da origen a una explotación forestal relativamente importante. En la submeseta meridional cabe distinguir la Tierra de Buitrago, la Tierra de Toledo, La Jara, verdadera provincia por su extensión (2338 km2), entre Toledo, Cáceres y Ciudad Real, cuya vegetación típica, como indica su nombre, es el jaral, tan denso a veces, que es preciso quemarlo para abrirse paso; la Sagra, la Alcarria, la Campiña, la Serranía, los Montes del Escorial, la Mesa de Ocaña, el Valle de la Alcudia, el Campo de Montiel, el Valle de Lozoya, el Campo de Calatrava y, sobre todo, la Mancha, dividida en Baja, Alta y de Albacete o de Montearagón, indudablemente la región castellana más caracterizada, cuyo nombre (del árabe manxa «tierra seca») le es muy apropiado. Fue antaño provincia del reino y ha quedado inmortalizada por Cervantes.