Los compitales son unas antiguas fiestas romanas dedicadas a los lares compítales, deidades que protegían las encrucijadas.
Estas celebraciones, realizadas en honor a estos dioses, reflejan la importancia de los lugares de encuentro y tránsito en la vida cotidiana de los romanos.
A través de rituales y ofrendas, se buscaba asegurar la protección y la buena fortuna en esos puntos cruciales de la ciudad.