La composición de un cometa se refiere a las diversas moléculas gaseosas que lo conforman, principalmente en su cabeza y núcleo.
Entre estas se encuentran el hidróxido (OH), carbono (C2), cianógeno (CN), y otros gases como el monóxido de carbono (CO) y el nitrógeno (N2).
Al acercarse al Sol, estas moléculas se disocian, permitiendo que los gases más estables, como el CO y el sodio, sean impulsados hacia la cola del cometa, creando un espectáculo luminoso.
composición de un cometa
Posee moléculas gaseosas en la cabeza y el núcleo de OH; carbono, C2; cianógeno, CN; monóxido de carbono, CO; nitrógeno, N2; nitrilo, NH, y metino, CH. Muchas de estas moléculas se disocian o disgregan por acción de la luz solar y permiten que el CO y el Na, las moléculas más estables, sean impulsadas hacia la cola. Un cometa no tiene luz propia como la posee una estrella. Sus moléculas gaseosas absorben la radiación solar en la región ultravioleta del espectro y vuelven a emitir la energía recibida en forma de luz de mayor longitud de onda. Los cometas que se aproximan mucho al Sol muestran las rayas del sodio y a veces del hierro y de otros metales.