El término compulso proviene del participio irregular de compeler, que significa obligar a alguien, ya sea por fuerza o por autoridad, a realizar una acción que no desea.
Esta noción de coacción se refleja en la forma en que se ejerce presión sobre una persona para que actúe en contra de su voluntad.
Por otro lado, compulsa se relaciona con este concepto, enfatizando el acto de forzar a alguien a cumplir con una obligación.