Los Concilios de Letrán son reuniones importantes de la Iglesia Católica que se llevaron a cabo en el palacio de Letrán en Roma.
El primer concilio, celebrado en 1123, abordó temas cruciales como el Concordato de Worms y la condena de la simonía y el concubinato clerical.
El segundo, en 1138, buscó resolver conflictos derivados del cisma del antipapa Anacleto II.
Finalmente, el tercer concilio, en 1179, continuó con la labor de reforma y disciplina en la historia religiosa de la Iglesia.
Concilios de Letrán (historia religiosa)
Primer Concilio (1123). Celebrado en el palacio de Letrán de Roma, recibió también el nombre de Lateranense por asentarse en el mismo lugar ocupado anteriormente por la familia Laterani. Convocado por Calixto II, fue el noveno de los concilios ecuménicos celebrados por la Iglesia Católica. En él se reunieron 300 prelados para confirmar el Concordato de Worms, que ponía fin a las luchas en torno a las Investiduras, y condenar la simonía, el concubinato clerical y el matrimonio de los clérigos.
Segundo Concilio (1138). Convocado por Inocencio II, fue el décimo Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica. A él concurrieron cerca de 1000 prelados procedentes de todas partes para tratar de obviar las dificultades creadas por el cisma del antipapa Ana-cleto II. El Concilio excomulgó a Roger de Sicilia y a los obispos que Anacleto había nombrado y redactó decretos tendentes a corrregir abusos como la simonía y la incontinencia del clero.
Tercer Concilio (1179). Undécimo Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, convocado por el papa Alejandro III. Se reunieron en él unos 1000 prelados para aprobar la Paz de Venecia, resolver las controversias con el emperador Federico I Barbarroja y poner fin al cisma provocado por los dos antipapas Calixto III e Inocencio III. Fijó con carácter permanente el procedimiento a seguir para elegir los papas y puntualizó que los dos tercios de los votos cardenalicios bastaban para la elección de nuevo pontífice.
Cuarto Concilio (1215). Duodécimo Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, convocado por Inocencio III. Resultó ser el más importante de los concilios lateranenses. Asistieron 71 arzobispos y patriarcas, 412 obispos y 900 abades y priores. El Concilio estableció la definición doctrinal del término transubstanciación relativo a la Eucaristía. También impuso a los católicos la obligación de confesar por lo menos una vez al año y de comulgar en tiempo pascual.
Quinto Concilio (1512-17). Decimoctavo Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, convocado por el papa Julio II y continuado en el pontificado de León X. El Concilio de Pisa, reunido por algunos cardenales renegados (1511), había dado origen a un pequeño cisma que aconsejó la convocatoria de este último Concilio Lateranense. Otros temas tratados fueron la promoción de guerra contra los turcos y la publicación de decretos de reforma general de la Iglesia. Asimismo decretó el Concilio la prohibición de imprimir libros sin la autoridad y aprobación eclesiástica.