Las condiciones sociales de la península arábiga reflejan una compleja realidad donde coexisten tradiciones ancestrales y cambios provocados por influencias externas.
A pesar de su sociedad patriarcal, que ha permanecido relativamente inalterada a lo largo de los siglos, el interés occidental por el petróleo y la ubicación estratégica de la región han comenzado a alterar este medievalismo árabe.
En este contexto, los nómadas del desierto, organizados en tribus lideradas por un jeque, representan solo una parte de la diversidad social que caracteriza a Arabia.
condiciones sociales de la península arábiga
La sociedad patriarcal de Arabia ha cambiado muy poco en el transcurso de los siglos, aunque el medievalismo árabe muestra síntomas de resquebrajarse por los intereses occidentales en el petróleo y en la estratégica posición de la Península. En Arabia existen diversas sociedades. Los fieros nómadas vestidos con pintorescos y amplios ropajes, asociados siempre con incursiones en el desierto, caballos y camellos, son populares a los ojos occidentales. En realidad son una minoría y viven en pequeños grupos organizados en tribus, cada una de las cuales cuenta con un jefe llamado jeque, quien funda su derecho de gobierno en dotes personales y hereditarias. La pobreza de las zonas de pastos es responsable del nomadismo de este pueblo que practica su vida libre y errática por el desierto sin hogares permanentes. Los árabes del desierto son tradicionalmente hostiles al extranjero y muy belicosos, hasta el punto de realizar frecuentes incursiones contra otras tribus nómadas y devastadores ataques sobre las comunidades sedentarias, en épocas de escasez particularmente.
Los árabes agricultores del sur y de los oasis están más sometidos a las influencias occidentales y de sus propios gobiernos; su vida se halla supeditada a la agricultura, comercio, oficio o empleo en alguna compañía petrolífera. Los árabes sedentarios, a excepción de los muy ricos, viven en hacinadas casas de adobes, que carecen incluso de las comodidades domésticas más rudimentarias. Los ricos, en cambio, poseen generadores eléctricos independientes, neveras, radios y otras innovaciones occidentales. Las ciudades suelen estar amuralladas y sus puertas de acceso se cierran de noche en prevención de ataques por parte de los nómadas del desierto.
El estado legal de la mujer árabe es muy inferior al de Occidente, aunque no carezca de ciertos derechos elementales. Las que viven en las ciudades suelen vestir de negro y no aparecen en público si no es cubiertas por un velo. Las de las tribus del desierto están más emancipadas y no usan velo. La ley islámica permite la poligamia, que aún se practica entre ricos y pobres (se cree que el rey Ibn Saud poseía 150 mujeres). Otro de los anacronismos sociales, de acuerdo con la opinión occidental, es el reconocimiento de una forma de esclavitud restringida en Arabia Saudita. Las características sociales más acusadas de Arabia son el analfabetismo, la dureza y bajo nivel .de vida y la enorme distancia existente entre dos grupos sociales muy definidos: aristocracia y terratenientes, por un lado, y agricultores y artesanos, por otro.