La Conferencia de El Cairo de 1921 fue un evento crucial donde se establecieron las fronteras de Iraq y Jordania bajo la influencia británica.
Dirigida por Winston Churchill, con la participación de figuras clave como Percy Cox, Gertrude Bell y T.
E.
Lawrence, se instalaron reyes hachemitas en la región.
Esta reunión representó la última oportunidad para los británicos de moldear el futuro de Oriente Medio tras la Primera Guerra Mundial.
En un ambiente informal, los participantes visitaron las pirámides y se fotografiaron en camellos, incluyendo a Churchill, quien desempeñó un papel destacado en la conferencia.
Conferencia de El Cairo de 1921
Las fronteras del moderno Iraq y Jordania, sujetas a los intereses geopolíticos británicos, se establecieron en la Conferencia de El Cairo convocada el 12 de marzo de 1921. Winston Churchill dirigió la reunión, con una cartera que incluía el aire y las colonias. El comisionado político, Percy Cox, fue una figura clave, así como Gertrude Bell y T. E. Lawrence. Se instalaron reyes de la dinastía Hachemita, rivales de la Casa de Saud en Arabia Saudita.
Una foto tomada el 22 de marzo, el último día de la Conferencia, muestra a algunos de los participantes clave....
« y la última oportunidad para los británicos de determinar el futuro de la posguerra en Oriente Medio. Como cualquier turista, la delegación hace el recorrido rutinario de las pirámides y se fotografían a sí mismos en camellos frente a la Esfinge. Parados bajo su cabeza semidesnuda, dos de los ingleses más famosos del siglo XX se enfrentan al camello con cierto desorden: El Secretario Colonial Winston Churchill, que acaba de caerse de su camello, y T. E. Lawrence, fuertemente constreñido en el traje a rayas y el trilobo de un alto funcionario. Entre tanto, a su gusto, cabalga Gertrude Bell, la única delegada con conocimientos indispensables para la Conferencia. Su rostro, en la medida en que puede verse bajo el borde de su sombrero de paja decorado con rosas, se transfigura de felicidad. Su sueño de una nación árabe independiente está a punto de hacerse realidad, la elección de un rey avalada: su Irak está a punto de convertirse en un país. Justo antes de dejar el hotel esa mañana, Churchill ha enviado por cable a Londres el mensaje vital "El hijo de Sharif, Faisal, ofrece la esperanza de la mejor y más barata solución".»
Bell y Cox recibieron el encargo de trazar las fronteras de Irak para satisfacer los intereses británicos. Tal vez prefigurando los conflictos modernos, no prestaron mucha atención al posible conflicto sectario islámico entre chiítas y suníes. A principios de 2004, David Ignatius escribió en el Washington Post sobre la oferta del Príncipe Hassan de Jordania, sobrino nieto de Faisal, de mediar entre las facciones religiosas iraquíes para reunirlas y convertirse en "jefe de Estado provisional".
Esos intereses equilibraban las necesidades de petróleo, las promesas a los aliados árabes y sionistas contra los otomanos, equilibrando a los hachemitas con la Casa de Saud, y otros asuntos complejos. Se consideró el nacionalismo kurdo.
Conferencia de El Cairo de 1921: Sentados (primera fila): el mariscal de campo Lord Allenby, Winston Churchill y otros.
De pie: T. E. Lawrence, Mayor Hubert Young, Sir Herbert Samuel, Sir Percy Cox, Gertrude Bell, Ja'afar al'Askari, Vice-Mariscal del Aire Sir Geoffrey Salmond, Sir Sassoon Eskell y otros. CC