La conjugación de verbos es el proceso mediante el cual se modifican los verbos para indicar diferentes aspectos como la voz, modo, tiempo, número y persona.
Esta estructura es común en las lenguas románicas, aunque varían las terminaciones flexivas.
En el caso del español, la conjugación sigue una mecánica similar.
Sin embargo, cada lengua presenta particularidades en este aspecto.
En este texto nos enfocaremos en la conjugación en español, pero también mencionaremos las diferencias que existen en otras lenguas como las clásicas, germanas, sajonas y eslavas.
La conjugación de verbos es la ordenación sistemática de los cambios que sufre el verbo para expresar los accidentes de voz, modo, tiempo, número y persona.
La mecánica de la conjugación es fundamentalmente la misma en todas las lenguas románicas, con la única diferencia de tener flexiones desinenciales distintas, aunque similares.
Por eso tomaremos como base el castellano. Más adelante mencionaremos las particularidades que ofrecen las principales lenguas: clásicas, germanas, sajonas y eslavas.
Número y persona
Las personas gramaticales son tres: primera, segunda y tercera, encuadradas en los dos números: singular y plural. Persona y número vienen indicados por la desinencia del verbo. Véase más adelante el paradigma de la conjugación castellana.
Voz
Es el accidente que indica si la acción del verbo es ejecutada o recibida por el sujeto, que en el primer caso será agente y paciente en el segundo.
La activa se forma, en los tiempos simples, por la simple adición a la raíz verbal de las desinencias personales correspondientes a cada tiempo (am-o, am-as, am-a) y, en los tiempos compuestos, con auxilio del verbo haber, colocado en el tiempo simple equivalente, más el participio de pasado (había amado, habré amado).
La pasiva se construye también con este participio, auxiliado por el verbo ser, que se coloca en el tiempo de que se trata (yo soy amado, él fue temido).
El infinitivo comprende las formas nominales o no personales del verbo: infinitivo propiamente dicho, gerundio y participio.
El infinitivo, que denota en abstracto la acción del verbo, posee carácter nominal y verbal, tiene dos formas: imperfecta o simple (estudiar) y perfecta o compuesta (haber estudiado), recibe a los pronombres en forma enclítica (decírselo) y puede emplearse en sus dos formas temporales tanto en activa como en pasiva (alabar-ser alabado, haber alabado-haber sido alabado).
El gerundio, cuya primordial función es la de modificar al verbo principal a guisa de adverbio, tiene también dos formas, imperfecta y perfecta, en sus dos voces, puede construirse como cláusula absoluta o independiente (reminiscencia del «hablativo absoluto» latino) y se presta con harta frecuencia a usos incorrectos y comisión de barbarismos.
El participio es doble, de presente (activo) y de pasado (pasivo). El primero ha perdido en realidad su valor de verbo para convertirse en adjetivo (amante) o sustantivo (estudiante): el segundo, aparte de tener un valor adjetivo (padre amado), sirve, como se ha indicado, para formar los tiempos compuestos y la voz pasiva.
El indicativo, presenta el hecho como real y objetivo (el modus realis latino) y comprende cuatro tiempos simples (presente, pretérito imperfecto, pretérito indefinido y futuro imperfecto), a los que corresponden cuatro compuestos (pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto, pretérito anterior y futuro perfecto).
El potencial expresa la acción no como real sino como posible en dos tiempos: simple y compuesto.
Hasta 1917, en que la Gramática de la Real Academia le concedió personalidad independiente, integraba la triple forma (amara, amaría o amase) del pretérito imperfecto de subjuntivo.
El subjuntivo, aparte de imprimir a la acción un valor desiderativo o exhortativo en las oraciones independientes, es el modo esencial de subordinación en las compuestas.
Más abundante en castellano que en el resto de las lenguas románicas, que lo resuelven por otros procedimientos (compárese el francés je vous prie «de venir» con el castellano te ruego «que vengas»), comprende tres tiempos simples (presente, pretérito imperfecto y futuro imperfecto), a los que corresponden tres compuestos (pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto y futuro perfecto).
El imperativo, que sólo posee un tiempo y dos personas (segunda del singular y del plural), pues las demás coinciden con las del presente de subjuntivo, expresa un mandato, una exhortación y, a veces, un ruego. Se caracteriza, tanto en las lenguas neolatinas como en las germano-sajonas, por no requerir el empleo del pronombre sujeto en dichas personas.
Tiempo
Ya hemos enumerado todos los tiempos integrantes de cada uno de los modos. Veamos ahora su valor referido al momento en que la acción se realiza y a la cualidad expresiva de ésta, que puede ser imperfectiva (acción durativa o inconclusa) o perfectiva (acción conclusa y delimitada en el tiempo).
Ello da origen a la clasificación de los tiempos en imperfectos y perfectos. Imperfectos son todos los simples, menos el pretérito indefinido; perfectos, éste y todos los compuestos.
1) Tiempos de indicativo
El presente señala una acción que se realiza en el momento en que se habla, pero puede presentar matices muy diversos:
a) acción actual (estudio);
b) acción habitual (no fumo);
c) acción pretérita, lo que da origen al castizo presente histórico (Colón descubre América en 1492);
d) acción futura (esta noche voy al teatro), y
e) acción imperativa (vuelves pronto y traes el recado).
El pretérito imperfecto indica una acción pasada simultánea a otra también pasada (cuando fui al cine llovía), excepto en el imperfecto descriptivo (contemplaba el paisaje y me recordaba con su belleza).
El pretérito indefinido presenta la acción como simplemente pasada circunscribiéndola (San Fernando conquistó Sevilla en 1248) o no (yo también leí ese libro) a un tiempo determinado.
El futuro imperfecto, cuya característica es la de ser perifrástico en las lenguas germanas, sajonas, eslavas y neolatinas (en éstas por fusión del infinitivo con el presente del haber; en castellano amar-he; en francés, parler-ai), expresa simplemente una acción venidera, independiente de cualquier otra.
El pretérito perfecto indica una acción recién terminada, vinculada por tanto al tiempo presente.
El pretérito pluscuamperfecto, como el muy poco usado pretérito anterior, expresa una acción pasada anterior a otra también pasada, mientras que el futuro perfecto señala una acción pasada dentro de una proyección futura, pues se trata de una acción venidera anterior a otra venidera (cuando él venga yo habré marchado).
2) Tiempos de subjuntivo
Son éstos, dada la irrealidad característica de este modo, muy imprecisos en su significado. El presente tiene carácter imperfecto y valor más de futuro que de presente, como lo prueba el hecho de que por futuro ha de traducirse en muchos casos a otras lenguas (espero que «venga», en inglés: I hope he «will come»: cuando él «venga», en francés: quand il «viendra»). El pretérito imperfecto expresa una acción realizable en cualquier tiempo: pasado, presente o futuro.
El futuro imperfecto y futuro perfecto, muy poco empleados después del Siglo de Oro, indican una acción hipotética, venidera y posible, en sentido imperfecto respectivamente. El pretérito perfecto, como el presente, posee una doble significación temporal de pretérito y futuro, según los casos.
El pretérito pluscuamperfecto expresa, con carácter subordinado, las mismas relaciones que su equivalente de indicativo o el condicional compuesto (no pensé que lo hubiera hecho = pensé que lo había hecho = pensé que lo habría hecho).
Los dos tiempos del potencial y el único del imperativo quedan explicados al hablar de sus modos.
El ilustre filólogo sudamericano Andrés Bello impugnó esta clasificación de la Real Academia y propuso la siguiente, que se ha impuesto en Hispanoamérica:
Indicativo:
- Presente, equivalente a Presente
- Antepresente, equivalente a Pretérito perfecto
- Copretérito, equivalente a Pretérito imperfecto
- Antecopretérito, equivalente a Pretérito pluscuamperfecto
- Pretérito, equivalente a Pretérito indefinido
- Antepretérito, equivalente a Pretérito anterior
- Futuro, equivalente a Futuro imperfecto
- Antefuturo, equivalente a Futuro perfecto
- Postpretérito, equivalente a Potencial simple
- Antepostpretérito, equivalente a Potencial compuesto
Subjuntivo:
- Presente, equivalente a Presente
- Antepresente, equivalente a Pretérito perfecto
- Pretérito, equivalente a Pretérito imperfecto
- Antepretérito, equivalente a Pretérito pluscuamperfecto
- Futuro, equivalente a Futuro imperfecto
- Antefuturo, equivalente a Futuro perfecto
Haciendo caso omiso de las anomalías que presentan algunos verbos irregulares y defectivos, colocamos a continuación el sistema desinencial de las tres conjugaciones, determinadas por las terminaciones infinitivas (I: -ar: II: -er: III: -ir):
Peculiaridades de algunas conjugaciones
Griego
Los números en griego son tres: singular, plural y dual. Las voces son también tres: activa, media y pasiva, aunque estas dos últimas tienen la misma forma en presente y perfecto, mientras que en el aoristo y futuro la pasiva tiene forma propia. La pasiva ofrece la peculiaridad de que no recurre al auxilio de otro verbo, como en las lenguas modernas, sino que se forma con desinencias propias: ???? (soy desatado).
El mismo fenómeno ocurre con los tiempos perfectos, que en griego no son compuestos: ????? (he desatado). Los tiempos se corresponden aproximadamente con los del castellano, salvo que existe un aoristo, especie de pretérito indefinido, procedente del indoeuropeo. La conjugación griega se basa en la existencia de diversos temas temporales (presente, futuro, aoristo, perfecto y aoristo pasivo), que se unen para formar un sistema verbal, y ofrece la particularidad de que por cada uno de dichos temas desfilan todos los modos: indicativo, subjuntivo, optativo (potencial), imperativo e infinitivo con su participio, menos en el del futuro activo, medio y pasivo, en que sólo existen el indicativo y el optativo con sus correspondientes infinitivo y participio. Ante tal cúmulo de formas verbales el sistema desinencial resulta complicadísimo.
Latín
El latín simplificó notablemente la mecánica, de la conjugación, que es en esencia la castellana, con una casi exacta equivalencia de todos los accidentes verbales.
Las únicas diferencias notables son la carencia de auxiliares para la formación de los tiempos compuestos de la activa (amaveram: yo había amado; timuisses: tú hubieras temido; laudaverint: ellos hayan alabado) y los simples de la pasiva (legatur: sea leído; audiemur: seremos oídos), que se construyen con la simple adición a la raíz de las características de tiempo y desinencias personales; los tiempos compuestos de la pasiva se forman como en castellano (amatus fueram: había sido amado).
Otra particularidad es la de existir algunos verbos deponentes tanto activos como pasivos, verbos que poseen una forma no correspondiente a su voz: utor (forma pasiva), usar; vapulo (forma activa), ser azotado.
Inglés
Esta lengua ha reducido la conjugación a su expresión más simple. No existen más desinencias personales que la r o es de la tercera persona del presente de indicativo —lo que obliga al empleo inexcusable del pronombre sujeto— ni más características de tiempo que la ed del pretérito y participio de pasado en los verbos débiles y la ing de participio de presente y gerundio en todos los verbos.
Los verbos fuertes construyen sus tres formas básicas —infinitivo, pretérito y participio de pasado— con el simple cambio vocálico (to sing-sang-sung, cantar) o la corrupción de la raíz (to buy-bought-bouht, comprar).
Del infinitivo derivan los tres presentes (indicativo, subjuntivo e imperativo) y con él se forman, mediante los auxiliares shall y should (para la primera persona), will y would (para la segunda y tercera personas), respectivamente, el futuro y el condicional. No hay más que un pretérito simple.
Alemán
La conjugación alemana, más compleja que la inglesa, no ofrece grandes dificultades. Sólo tiene un pretérito simple. Presenta dos formas: débil y fuerte. Los presentes de ambas formas se construyen por la mera adición de desinencias a la raíz con alguna anomalía (e-brechung o umlaut, según los casos, en la 2.a y 3.a personas del presente de indicativo) por parte de los verbos fuertes.
El pretérito y participio de pasado de los débiles se verifican según la fórmula: R-te, ge-R-t. Los de los fuertes sufren ablaut (apofonía o cambio vocálico), Como: singen-sang-gesungen (cantar). El futuro y el condicional se forman con el infinitivo auxiliado por el werden (llegar a ser), verbo que también sirve, acompañado a un participio de pasado, para construir la voz pasiva (ich werde loben: yo alabaré; ich werde gelobt: soy alabado).
Los tiempos compuestos se auxilian con el haben (haber), pero, cuando se trata de un verbo de estado o movimiento, utilizan, como ocurre en francés con el être, el sein (ser): ich bin gestanden, he estado de pie; ich habe geliebt, he amado.
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Preguntas de los visitantes
¿Qué diferencia existe entre el modo indicativo y el modo subjuntivo?
Nombre: Santiago. - Fecha: 18/08/2023
¡Hola! Me gustaría saber cuál es la diferencia entre el modo indicativo y el modo subjuntivo. Agradecería mucho su claridad al explicarlo. ¡Gracias!
Respuesta
El modo indicativo y el modo subjuntivo son dos modos verbales que se utilizan en español para expresar diferentes tipos de información.
El modo indicativo se utiliza para expresar acciones o hechos reales, concretos y objetivos. Se emplea para transmitir información objetiva y afirmativa. Por ejemplo: "Ella canta muy bien" o "Hoy hace sol".
Por otro lado, el modo subjuntivo se utiliza para expresar acciones o estados que son hipotéticos, dudosos, deseados o que no se consideran reales o concretos. Se emplea para transmitir información subjetiva y no afirmativa. Por ejemplo: "Espero que ella cante muy bien" o "Ojalá haga sol mañana".
En resumen, la diferencia principal entre el modo indicativo y el modo subjuntivo radica en que el primero se utiliza para expresar hechos reales y objetivos, mientras que el segundo se emplea para expresar acciones hipotéticas o subjetivas.
Hola, me gustaría saber cuál es la definición de "verbo conjugado" y cómo se puede identificar en una oración. Gracias por la ayuda.
Respuesta
Un verbo conjugado es aquel que ha sido modificado para concordar con el sujeto de la oración en número, persona, tiempo, modo y aspecto. En español, los verbos se conjugan en diferentes formas según estas variables. Por ejemplo, el verbo "cantar" se puede conjugar de la siguiente manera:
- Yo canto
- Tú cantas
- Él/Ella canta
- Nosotros/Nosotras cantamos
- Vosotros/Vosotras cantáis
- Ellos/Ellas cantan
Cada una de estas formas es una conjugación del verbo "cantar" y varía según el sujeto y el contexto en el que se utiliza. La conjugación de los verbos es esencial para expresar acciones en diferentes tiempos verbales y modos, como el presente, pasado, futuro, subjuntivo, entre otros.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de conjugación de verbos
Palabra inversa: sobrev ed nóicagujnoc Número de letras: 19 Posee un total de 8 vocales: o u a i ó e e o Y un total de 11 consonantes: c n j g c n d v r b s
¿Es aceptada "conjugación de verbos" en el diccionario de la RAE?