Un conservante es un tipo de aditivo alimentario que se utiliza para mejorar la conservación de alimentos y bebidas, prolongando su vida útil y evitando el deterioro.
Estos compuestos, como los sorbatos, benzoatos y sulfitos, ayudan a prevenir el crecimiento de microorganismos y la oxidación, asegurando que los productos se mantengan frescos y seguros para el consumo.