Los constructores de túmulos son aquellos pueblos indígenas que, en diversas regiones, erigían grandes túmulos de tierra como parte de sus rituales funerarios.
Esta práctica, especialmente desarrollada por la cultura Hopewell, implicaba colocar a los difuntos en el interior de estas estructuras, acompañados de objetos valiosos.
Aunque no todas las tribus adoptaron ceremonias tan elaboradas, muchas compartieron la tradición de levantar túmulos para honrar a sus muertos.
constructores de túmulos (cultura de los túmulos)
En algunas regiones los indios colocaban a sus muertos sobre el suelo y erigían sobre ellos grandes túmulos de tierra. En otros puntos construían primero los túmulos y después sepultaban en ellos los cadáveres. Esta práctica alcanzó un elevado grado de desarrollo en el pueblo bastante extendido de Hopewell, que toma su nombre de la granja de Ohio donde aparecieron sus restos. En las ceremonias fúnebres de importancia igualaban el terreno y lo cubrían con una capa de arena blanca, sobre la que erigían una pequeña cabaña de troncos, en cuyo interior colocaban al difunto rodeado de sus más preciadas posesiones: armas, adornos, cerámica y numerosas conchas de río. Después del funeral alzaban sobre la tumba un túmulo de tierra de no mucha altura. Cuando se habían reunido varios de éstos, levantaban uno más grande que los cubría a todos.
No todas las tribus practicaron un ceremonial tan complicado, pero muchas levantaron túmulos para sus muertos con fines ceremoniales. Algunos de los construidos con este fin adoptaban formas de pájaros, culebras u otros animales, lo que les ha valido el nombre de túmulos iconográficos.
Durante mucho tiempo se creyó que los constructores de túmulos constituían un «pueblo perdido», totalmente diferente de los indios. Sin embargo, numerosas excavaciones realizadas por diversas instituciones, como la Universidad de Chicago, el Museo de Milwaukee y las sociedades arqueológicas de Ohio e Indiana, permiten asegurar que los constructores de túmulos no fueron sino indios.
Los indios hopewell conocían la agricultura, elaboraban excelente cerámica y poseían un sentido artístico que se manifiesta principalmente en tallas y grabados de concha y piedra. Fabricaron adornos y herramientas de cobre y trabajaron la piedra con suma pericia. Por otra parte, de todos los primeros habitantes de Norteamérica fueron ellos posiblemente quienes mantuvieron más intensas relaciones comerciales. En los túmulos funerarios de Ohio ha aparecido cobre de los Grandes Lagos, obsidiana de Colorado, mica de Arkansas y conchas del Golfo.
Antes de emplearse la prueba del carbono-14 se creyó que la elevada cultura Hopewell tuvo su origen en el S, aunque su principal reducto fuera el territorio de Ohio, Indiana, Illinois y Iowa. La prueba, sin embargo, situó esta cultura en fecha próxima a los comienzos de la era cristiana, en tanto que señalaba fechas posteriores para los pueblos Adena y Tchefuncte, dos de sus presuntos antecesores. Esta cronología, combinada con la del Periodo arcaico ya mencionado, indica que la zona oriental del Misisipí es tan antigua como la occidental tanto en lo que respecta a la aparición del hombre como al desarrollo de la cultura.