El contador de gas es un dispositivo esencial para medir el volumen de gas utilizado en hogares e industrias.
Su invención se remonta a 1815 por el inglés Samuel Clegg, quien estableció el principio básico que aún se utiliza hoy.
Este aparato moderno, generalmente de metal y estanco, funciona mediante el llenado y vaciado de cámaras internas, permitiendo así calcular con precisión el volumen de gas consumido.
Su diseño ha evolucionado, pero su función principal se mantiene intacta.
El primer contador para medir gas fue inventado en 1815 por un inglés, Samuel Clegg, y el principio básico de este contador (el giro de un cilindro por la presión del gas) se conservó después en todos los dispositivos para medir gases. El contador de gas moderno es simplemente un dispositivo para medir el volumen, o metros cúbicos, de gas usado. El tipo empleado más frecuentemente consiste en una caja metálica estanca dividida por el centro en dos cámaras separadas en cada una de las cuales hay una pared móvil que la divide en dos partes de tamaño variable, lo que hace cuatro cámaras en total.
La operación de medir gases consiste en llenar y vaciar alternativamente estas cuatro cámaras, y contar exactamente el número de veces que cada una de ellas se vacia y se llena. Conocido con exactitud el volumen de cada cámara y sabido aquel número, tenemos una medida exacta del volumen de gas que ha pasado por el contador. En la práctica el llenado y vaciado alternativo de estas cámaras está dispuesto de manera que mientras una se llena, otra se vacia, lo que da así un flujo continuo de gas a la instalación del consumidor, en lugar de los soplos intermitentes que resultarían del uso de una sola cámara o si todas se llenasen o se vaciasen simultáneamente.
En la parte superior de esta caja cerrada hay otra que contiene los mecanismos para contar las veces que se vacian y llenan las diversas cámaras, y para registrar esta cuenta directamente en metros cúbicos en una serie de cuadrantes graduados. Para los grandes contadores se emplea frecuentemente una forma de mecanismo inventado por el profesor norteamericano C. C. Thomas.
En este tipo de contador se inserta transversalmente una rejilla de alambres calentados eléctricamente en la conducción principal de gas para elevar a una temperatura determinada el gas que pasa. Un termostato lleva el control de la cantidad de corriente necesaria y un vatímetro registra la energía absorbida. Conociendo el calor específico del gas suministrado, el gasto de energía nos da la cantidad total que pasa por la conducción en un tiempo determinado, y el vatímetro puede dar la lectura directamente en metros cúbicos. Las variaciones en la composición del gas medido producen variaciones en el calor específico menores del 1 % para todos los tipos de gases de carbón, de agua y de petróleo. El calor específico medio del gas de hulla 100 % es 0,02114, y para el gas de agua también 100 % es 0,02094.