El término contrallar es un verbo que se utiliza en un contexto antiguo y ha caído en desuso.
Su significado principal es contrariar o contradecir a alguien, es decir, expresar una opinión o acción que se opone a lo que otra persona ha dicho o hecho.
Aunque hoy en día no se emplea con frecuencia, su etimología refleja una rica historia del lenguaje en la que las palabras tenían un peso significativo en la comunicación.