La voz de contralto se caracteriza por su registro bajo y su timbre oscuro.
Es una de las voces más graves entre las voces femeninas, siendo la contraparte del barítono en los hombres.
Las cantantes de contralto tienen la capacidad de alcanzar notas bajas con facilidad y su voz tiene un sonido cálido y lleno de cuerpo.
En la música clásica, el contralto a menudo ocupa papeles de personajes femeninos más maduros o de madres, debido a la profundidad y la resonancia de su voz.
Algunas de las famosas contraltos de la historia incluyen a Kathleen Ferrier, Marian Anderson y Jessye Norman.
La voz de contralto se caracteriza por su registro bajo y su timbre oscuro. Es una de las voces más graves entre las voces femeninas, siendo la contraparte del barítono en los hombres. Las cantantes de contralto tienen la capacidad de alcanzar notas bajas con facilidad y su voz tiene un sonido cálido y lleno de cuerpo.
En la música clásica, el contralto a menudo ocupa papeles de personajes femeninos más maduros o de madres, debido a la profundidad y la resonancia de su voz. Algunas de las famosas contraltos de la historia incluyen a Kathleen Ferrier, Marian Anderson y Jessye Norman.
En el coro, el contralto es una voz esencial, ya que aporta estabilidad y profundidad al conjunto vocal. Su rango vocal le permite cantar líneas melódicas distintas a las sopranos, pero también puede armonizar con los bajos y tenores, proporcionando la base armónica necesaria.
En la música popular, el término "contralto" a menudo se utiliza para describir una voz femenina grave en general, independientemente de su entrenamiento vocal o técnica. En este sentido más amplio, algunas artistas conocidas por su voz de contralto incluyen a Amy Winehouse, Adele y Nina Simone.
Historia: contralto
El contralto es la voz media entre la de tiple y tenor, la de más grave tesitura entre las voces femeninas.
En los siglos xvii y xviii las partes más altas de los coros eran entonadas por sopranos masculinos (castrados), a los que replicaban los contraltos femeninos, lo que originó la palabra contra-alto.
Después las contraltos femeninas se encargaron de las partes escritas originalmente para castrados. Las mujeres también empezaron a cantar óperas desempeñando papeles de sopranos varones, como el de Orfeo en Orfeoy Eurídice, de Gluck.
La costumbre arraigó tanto que los compositores posteriores escribían papeles de muchachos y jóvenes para ser cantados por contraltos, como el de Querubino en Las bodas de Fígaro, de Mozart, y el de Octaviáno en El caballero de la Rosa, de Richard Strauss.
La extensión del contralto abarca desde el Fa debajo del pentagrama en clave de Sol hasta el Sol por encima del mismo. Aunque a veces alcanza mayor elevación, siempre conserva la calidad pesada de los registros bajos, que le distingue del mezzosoprano.
La voz de contralto, con su tonalidad oscura, su rica calidad y su gran profundidad, es muy poco frecuente.
Quizá por ello no se le ha guardado más consideración, aunque algunos compositores hayan escrito obras especialmente para esta voz, como lo hizo Brahms en una rapsodia con coros y orquesta.
El papel de Dalila, en la ópera Sansón y Dalila, de Saint-Saëns, el de Carmen, en la ópera del mismo nombre, de Bizet, y el de Amneris, en la ópera de Verdi, Aída, están escritos igualmente para contralto.
Segundo diccionario: contralto
m. Mús. Voz media entre la de tiple y la de tenor.