El término coplero o coplera se refiere a una persona que se dedica a vender coplas, que son composiciones poéticas breves y rítmicas.
Sin embargo, en un sentido más figurado, también se utiliza para describir a un mal poeta, alguien que carece de habilidad o talento en la creación de poesía.
Así, el concepto abarca tanto la actividad comercial relacionada con la poesía como una crítica a la calidad de la misma.