Libro sagrado del Islam, comprensivo de las revelaciones que su fundador Mahoma afirmaba haber recibido directamente de Dios en diversas ocasiones. Tales revelaciones fueron compiladas después de su muerte por su secretario Zaid-ibn-Thabit, a quien ordenó realizar esta tarea el primer califa Abu Bekr (Abu-Béquer). Unos diecisiete años más tarde, Otmán, tercer califa, revisó cuidadosamente el texto e hizo la edición que se considera definitiva. Véase Mahometismo.
El Corán está escrito en árabe y consta de 114 suras o capítulos, ordenados por su longitud, de mayor a menor. En las primeras composiciones alienta el espíritu apasionado de un profeta en embrión: llamamientos a su pueblo para retornar a la adoración de Dios, «el Compasivo, el Misericordioso». En un segundo grupo de suras se proclama la unidad de Dios, se denuncia la idolatría y se hacen vivas descripciones del juicio, del cielo y del infierno. En el tercer grupo Mahoma insiste con fuerza en el carácter divino de su misión.
En el grupo siguiente —suras de La Meca— hallamos al Islamismo militante que apela al arbitraje de la espada. Finalmente, en las suras de Medina, presenciamos el Islamismo triunfante: en ellas se instituyen los ayunos, las fiestas y la peregrinación a La Meca y se autoriza la matanza de todos los «infieles». El estilo es difícil y el significado a menudo oscuro; pero hay pasajes de sorprendente energía y grandeza, de verdadera poesía y de elevados conceptos morales.
• « Sus seguidores se reunían regularmente para oírle recitar el Corán, que significa "recitaciones": las palabras repetidas de Dios mismo tal y como el ángel se las dijo a Mahoma. »
• « Desde la Biblia, El Corán, El Talmud y El Libro Tibetano de los Muertos hasta el Libro Egipcio de los Muertos, Los Vedas Hindúes y todas las grandes doctrinas religiosas de la humanidad, hay una repetición inquietante: el concepto de vida después de la muerte. »