Tradicionalmente, el término se ha utilizado para referirse a caballos de guerra o aquellos destinados a la monta por parte de caballeros y nobles.
Los corceles son frecuentemente asociados con la nobleza y la valentía en diversas culturas y literaturas.
Históricamente, los corceles eran seleccionados y entrenados cuidadosamente para cumplir roles específicos, incluyendo la jineta o caballería ligera, y la carga pesada en batalla. Su crianza era considerada un arte, con especial atención en las líneas de sangre, para asegurar que las cualidades deseadas fueran transmitidas a las futuras generaciones.
En la literatura medieval, los héroes a menudo montaban corceles magníficos que simbolizaban su valentía y destreza en la batalla.
Ejemplos de uso: "El rey llegó al torneo montando un corcel blanco imponente".
"El corcel negro del caballero relucía bajo el sol de la mañana".