Pierre Corneille (1606-1684) fue un destacado dramaturgo francés nacido en Ruan, proveniente de una familia de magistrados normandos.
Su vida transcurrió en un entorno burgués, donde cumplió con sus deberes cívicos y educó a sus seis hijos, mientras creaba obras que definieron el teatro heroico francés.
A pesar de su formación jurídica y su carrera oficial, su legado literario se forjó en la tranquilidad de las provincias, lejos de los círculos literarios parisinos.
Biografía de Corneille, Pierre
(1606-84). Dramaturgo francés, nacido en Ruan de una antigua familia de magistrados normandos. Hijo de un funcionario afecto a la judicatura de Ruan, vivió durante cincuenta y seis años en provincias, donde llevó una tranquila vida burguesa, cumpliendo con sus deberes cívicos, educando a sus seis hijos, visitando París de tiempo en tiempo, pero permaneciendo apartado de los elegantes salones literarios. Al mismo tiempo, en este medio burgués y burocrático, creaba la flor del teatro heroico francés.
Educado por los jesuitas, ingresó en 1624, siguiendo el camino de su padre, en la sección jurídica del parlamento de Ruan, aunque es probable que nunca defendiera causa alguna en este organismo. En 1625 escribió su primera poesía publicada posteriormente en Méianges Poétiques (1632). Continuando su carrera oficial en 1628, compró dos cargos: el de abogado real en el tribunal de aguas y bosques y el de abogado del almirantazgo francés en Ruan. Entre 1629 y 1635 empezó a florecer la carrera dramática de Corneille con la representación en París de varias comedias: Mélite (1629), La Ve uve (1632), La galerie du Palais (1634), La Suivante (1634) y La place Royale (1635), seguidas de Medée (1635), su primer intento de tragedia. Con la tragicomedia Le Cid (1636), consiguió la fama; la obra, basada en Las Mocedades del Cid de Guillén de Castro y representada en el Théatre du Marais, alcanzó un éxito tan extraordinario que provocó muchas envidias entre sus contemporáneos. Entre sus críticos figuraban el cardenal Richelieu y Mlle. de Scudéry, quien indujo a la recién creada Academia Francésa a publicar un veredicto desfavorable sobre dicha comedia, Sentiments de L'Academie sur le Cid (1638), basándose en que no respetaba la ley clásica de las tres unidades. El público, sin embargo, no leyó el folleto y continuó admirando la obra por su originalidad y belleza. Le Cid aguantó la prueba del tiempo y llegó a ser considerada como una de las más grandes obras de la literatura francesa.
El año 1640 contempló su matrimonio con Marie de Lampérière y la representación triunfal de sus dos tragedias, Horace y Cinna, en las que se atuvo a los patrones clásicos más estrictamente que en las anteriores. Siguiéronle con el mismo éxito Polyeucte (1643), La mort de Pompée (1643 y Rodogme (1644), y una de sus mejores comedias, Le Menteur (1644), tomada de La Verdad Sospechosa, del español Alarcón. En 1647 fue elegido miembro de la Academia Francesa, que antes le había repudiado. Con las tragedias Heraclius (1647), Andromède (1650), Nicomêde (1651) y la comedia heroica Don Sanche d'Aragon (1650) se acerca al ocaso de su fuerza creadora. En 1650 dimitió sus dos cargos en Rúan y, después del fracaso de la tragedia Pertharite (1652), renunció a escribir para la escena. Entre 1653 y 1656 se dedicó a traducir en verso La Imitación de Cristo.
En 1658, por consejo de Fouquet, abandonó su voluntario retiro y reanudó sus tareas de dramaturgo. En 1662 se trasladó a París, lo que le ocasionó no pocas preocupaciones domésticas. Tal vez la mayor de sus decepciones la experimentó al darse cuenta de que no era ya el favorito del pueblo, cuyo inconstante homenaje se rendía ahora a un dramaturgo más joven, Racine. La primera producción de Corneille después de su vuelta al teatro fue Oedipe (1659), recibida con frialdad, lo mismo que Sertorius (1662), Sophonisbe (1663), Othon (1664) y Agésilas (1666). En este momento trató de imitar la moda del día llevando a la escena la comedia heroica Tite et Bérénice (1670) sólo ocho días después de la representación de Bérénice de Racine. En 1671 compuso Psyché, ballet trágico, en colaboración con Molière, Quinault y Lulli, que tuvo un éxito discreto. Su última tragedia fue Suréna (1674).
Corneille fue un hombre de costumbres sencillas, tímido, amante de la soledad, modesto en sus relaciones con los demás. El gran mensaje contenido en sus obras consiste en transmitirnos su alta apreciación de la voluntad humana a la que juzga omnipotente si está guiada por la inteligencia y la razón. Fue el creador de la prosa dramática y de la tragedia heroica y se le considera el padre de la comedia francesa.