La corona de infante es un símbolo de nobleza que representa a los miembros de la familia real que no ostentan el título de rey o reina.
Se asemeja a la corona real, pero se diferencia en que carece de diademas.
Este distintivo refleja el estatus y la importancia de los infantes dentro de la jerarquía monárquica, siendo un elemento clave en ceremonias y representaciones oficiales.