La palabra coronta se refiere, en su primera acepción, a un carozo o zuro, especialmente en el contexto de América del Sur.
Este término se utiliza para describir la parte dura y leñosa que se encuentra en el interior de ciertas frutas, como el durazno o la ciruela.
La coronta es un elemento importante en la identificación de estas frutas y su consumo, ya que su presencia indica la madurez y características de la fruta.