Jean-Baptiste Camille Corot fue un destacado pintor francés nacido en 1796 en París, conocido por su vinculación a la escuela de Barbizón.
A pesar de recibir una buena educación y ser introducido en el mundo de los negocios, su verdadera pasión era la pintura.
Autodidacta en gran medida, se dedicó a estudiar la naturaleza y el paisaje, creando obras emblemáticas que reflejan un estilo que evolucionó hacia un enfoque más romántico y poético en sus últimos años.
Biografía de Corot, Jean-Baptiste Camille
(1796-1875). Pintor francés de la escuela de Barbizón, nacido en París. Recibió muy buena educación y fue iniciado en los negocios por sus padres. Pero detestaba la vida comercial y, al cumplir los 26 años, persuadió a su padre a que le ayudase económicamente, con lo que pudo dedicarse exclusivamente a la pintura. Puede decirse que fue pintor autodidacta, pues sus estudios serios, principalmente en el paisaje clásico, sólo duraron un año. Después se dedicó a hacer bocetos y estudios del natural. De 1825 a 1828 dio a conocer sus detalladas observaciones del paisaje y la arquitectura romanos en obras como Vista del Coliseo (1826). De regreso a Francia continuó la misma tendencia en cuadros como La Catedral de Chartres (1830). Este estilo casi clásico persistió en él hasta 1850, en que comienza a vislumbrar un cambio decisivo en su obra. Un espíritu romántico campeaba ya en sus paisajes; como Danza de las Ninfas (1851), con que comienza su periodo «misterioso y poético». Con su atmósfera neblinosa, su follaje etéreo y su luz suavemente filtrada, sus bosques, vistos a través de una celosía de colores apagados, parecen casi encantados. El lago
(1861) y El árbol bajo el viento (1865) son ejemplos típicos de este estilo. En su tiempo su obra se hizo extraordinariamente popular, por lo que vendió cuantas telas salieron de suá manos. En sus últimos años se dedicó a la pintura de figuras y realizó varios estudios de retratos, tales como La gitana (1865) y Mujer con perlas (1870), que se acerca al impresionismo en su pureza de color e interpretación de planos. Su popularidad decreció a partir de 1900, pero los críticos de cincuenta años más tarde, en una especie de redescubrimiento, rendirían tributo de admiración a la pureza de composición y la sencillez clásica de sus primeras obras, así como al concepto monumental de forma imperante en las últimas. En cambio, los paisajes excesivamente románticos de su época media, tan apreciados en su tiempo, se consideran una aberración.