La palabra corretora se refiere a una figura importante en el ámbito religioso, específicamente en algunas comunidades.
Su función principal es regir el coro, asegurando que el canto se realice de manera ordenada y armoniosa.
Este papel es fundamental para mantener la disciplina y la belleza en las celebraciones litúrgicas, contribuyendo así a la experiencia espiritual de la comunidad.
La corretora es, por tanto, un pilar en la vida religiosa.