Una sustancia corrosiva es aquella que puede causar daño al tejido vivo al disolverlo, oxidar sus componentes, precipitar proteínas o eliminar el agua de las células.
Entre las sustancias corrosivas se encuentran los ácidos minerales como el ácido láctico y el ácido tricloroacético.
Toda sustancia que destruye el tejido vivo disolviéndolo, precipitando las proteínas tisu-lares, oxidando los componentes del tejido, eliminando el agua de sus células o simplemente digiriendo sus proteínas.
Entre las sustancias clasificadas como corrosivas figuran:
1) los ácidos minerales: ácido láctico y ácido tricloroacético;
2) los álcalis: sosa cáustica, potasa, cal viva, sulfuros;
3) las sales minerales: nitrato de plata, sulfato de cobre, sulfato alumínico potásico, cloruro de cinc;
4) las sustancias corrosivas artificiales: aldehído fórmico, fenol;
5) las sustancias corrosivas vegetales: tuyona y papaína.
Los corrosivos se han usado como medicamentos tópicos en la piel y mucosas fácilmente accesibles para eliminar costras, tejidos de granulación excesiva, verrugas, pólipos, falsas membranas, tejidos blandos y chancros. También se han empleado para esterilizar mordeduras venenosas.
Tomados por la boca, los corrosivos producen intoxicación grave y a veces fatal.
Los síntomas comprenden irritación y sensación de quemaduras en la boca, imposibilidad de tragar e inflamación aguda del revestimiento interior del estómago e intestinos.
El tratamiento consiste en la administración del antídoto apropiado (v. Veneno).
Generalmente, los ácidos débiles como el vinagre se usan para neutralizar los álcalis; la leche de magnesia o bicarbonato sódico se emplea para neutralizar los ácidos.
Tras la administración del antídoto se lavará el estómago del paciente y se le administrará líquidos sedantes como aceite de oliva, almidón, agua o clara de huevo.
Los corrosivos también se utilizan en diversas industrias como productos químicos para la limpieza y mantenimiento, en la producción de papel, en la fabricación de productos de limpieza y detergentes, en la industria textil y en la metalurgia.
Es importante tener precaución al manejar sustancias corrosivas, ya que pueden causar quemaduras y daños graves en la piel y los tejidos. Es necesario utilizar equipo de protección adecuado, como guantes y gafas de seguridad, y seguir las medidas de seguridad establecidas para manipular estos productos de forma segura.
Además de sus propiedades corrosivas, algunas sustancias corrosivas también pueden ser tóxicas para el medio ambiente y causar contaminación del suelo y del agua si se manejan de manera incorrecta o se vierten de forma inadecuada.
En caso de contacto con una sustancia corrosiva, es importante lavar la zona afectada con agua abundante durante al menos 15 minutos y buscar atención médica de inmediato. El tiempo de respuesta es crucial para minimizar los daños y prevenir complicaciones graves.
En resumen, las sustancias corrosivas son aquellas que tienen la capacidad de destruir el tejido vivo, ya sea por su acción corrosiva directa o por la capacidad de oxidar o digerir proteínas. Estas sustancias pueden ser altamente peligrosas y deben ser manipuladas con precaución y siguiendo las medidas de seguridad adecuadas. En caso de contacto o ingestión, es fundamental buscar atención médica de inmediato para recibir el tratamiento necesario.