El corzo es el menor de los ciervos europeos, conocido científicamente como Capreolus capreolus.
Se encuentra en el sur de Europa y en zonas templadas, llegando hasta el Cáucaso.
Este animal, que se caracteriza por sus astas ahorquilladas y su coloración que varía entre el pardo rojizo en verano y el pardo grisáceo en invierno, prefiere habitar en bosques abiertos cercanos a campos de cultivo.
Su comportamiento durante la época de brama es notable, y los cervatillos nacen en mayo.
Nombre por el que se conoce al menor de todos los Ciervos europeos, el Capreolus capreolus. El corzo se extiende por todo el S de Europa y su zona templada y llega por el E hasta el Cáucaso. Antiguamente era común en Inglaterra, donde hoy está limitado a las tierras altas de Escocia a excepción de algunos pequeños rebaños desperdigados. Tiene las astas ahorquilladas, cola rudimentaria y en verano color pardo rojizo oscuro por el dorso y blanco por el vientre. En invierno es pardo grisáceo con una mancha blanca en la grupa. Los pequeños están moteados de blanco, coloración típica de los cervatillos. Los adultos sólo miden 50 cm de altura en la cruz y rara vez alcanzan los 65 cm. En la época de brama, en agosto, el macho describe círculos característicos en torno a la hembra. Los cervatillos nacen en mayo. El corzo habita los bosques abiertos y prefiere las regiones en que el sotobosque sea abundante y que estén próximas a campos de cultivo donde puedan pastar al anochecer. Además de correr y saltar como los cérvidos, es también capaz de nadar.