La covada es una práctica cultural que se relaciona con el régimen matriarcal y se ha observado en diversas sociedades a lo largo de la historia.
Documentada por el escritor griego Estrabón, esta costumbre consistía en que el padre se acostaba junto a su recién nacido, simbolizando el reconocimiento de la paternidad.
Además, se creía que esta práctica ayudaba a purificar a los padres de la impureza asociada a la preñez y a protegerlos de malos espíritus.
Es una de las costumbres características del régimen matriarcal. El escritor griego Estrabón (63 a. de J.C.), en su Geographiká, descubre esta práctica entre los pueblos primitivos del N de España y parece ser que perduró entre los vascos. También existió entre ciertas tribus americanas.
Hoy día se encuentra en algunas tribus indias del Brasil. Consiste en la práctica de acostarse el padre con la criatura recién nacida. Los antropólogos la explican como el reconocimiento de la paternidad por parte del hombre. Otros creían que obedecía al temor a los malos espíritus, puesto que marido y mujer, desde la preñez, quedaban impuros, y las ceremonias de la covada proporcionaban la purificación. Véase Vascos; Tabú.