La cracker es una galleta seca y quebradiza, reconocida por su proceso de elaboración mecánico.
Este tipo de galleta es una de las especialidades más importantes en la repostería de varios países.
Su preparación comienza con una mezcla esponjosa de harina, levadura y agua, que se fermenta y se combina con otros ingredientes.
Luego, se amasa y se corta en formas delgadas antes de ser cocida, resultando en un producto versátil que se adapta a diferentes gustos y presentaciones.
Especie de galleta seca y quebradiza. Su confección se efectúa por medio de un proceso mecánico y constituye una de las más importantes especialidades reposteras en algunos países. Los fabricantes las preparan con ligeras modificaciones de gusto y color para que su presentación se adapte a las distintas exigencias de su clientela. Para su elaboración se prepara una mezcla esponjosa a base de harina, levadura y agua, que se bate en una máquina mezcladora hasta conseguir una masa que se deja fermentar durante unas 19 horas. Seguidamente se le añade harina, azúcar, sal, sosa, manteca o mantequilla y otros ingredientes, se amasa toda la mezcla y se la deja fermentar durante 6 horas más. La masa pasa después por un juego de rodillos, de los que sale en forma de banda muy delgada. Por medio de una máquina cortadora, dotada de cuchillas de acero, se practican cortes y orificios en la pasta, sobre la que se espolvorea sal mediante un dispositivo giratorio. Las galletas se cuecen seguidamente en un armazón de alambre, que pasa a través de un horno largo (más de 60 m), a temperaturas que oscilan entre los 315°C en el punto de carga y los 150°C en el trecho final. La cocción dura 160 segundos. Una máquina cortadora parte en trozos la banda continua durante el periodo de enfriamiento, que dura de 2 a 3 minutos, mientras las galletas van pasando a la sección de envasado. Véase Repostería.