Creso, conocido como el último rey de Lidia, gobernó entre 560 y 546 a.C.
Tras suceder a su padre Aliates, logró someter a los pueblos eolios, jonios y dorios, expandiendo su reino por gran parte de Asia Menor.
Su riqueza provenía de la explotación de minas y del comercio, lo que le permitió fomentar las artes y atraer a figuras como Solón.
Sin embargo, su ambición lo llevó a desafiar al oráculo de Delfos y, al cruzar el río Halys, terminó destruyendo su propio imperio ante el avance de Ciro, rey de Persia.
Biografía de Creso, Rey
Último rey de Lidia, en 560-546 a. de J.C., que, después de suceder a su padre Aliates, sojuzgó fácilmente a los eolios, jonios y dorios, debilitados por mutuas querellas. Extendió sus dominios sobre la mayor parte de Asia Menor hasta el río Halys (Kizil Irmak). Con la explotación de las minas y el comercio, así como con los tribunos impuestos a los pueblos vencidos, amasó una formidable fortuna. Patrocinó las artes, por lo que recibió la visita de Solón, relatada por Herodoto. Profesaba gran veneración al oráculo de Delfos, que, con la estudiada ambigüedad de sus ingeniosas respuestas, le había vaticinado que, si pasaba el Halys, destruiría un gran imperio. Efectivamente, el imperio que destruyó al pasar el río fue el suyo propio. Enfrentado con el creciente poderío de Ciro, rey de Persia, Creso invadió Capadocia y libró la batalla indecisa de Pieria. Al regresar a su capital, Sardes, fue perseguido por el rey persa, que le derrotó el año 546.