La cría de conejos se refiere a la práctica de criar estos animales, que se dividen en dos categorías principales: los de carne y los de pelo.
Entre las razas más valoradas para la obtención de pieles se encuentran el Chinchilla, el Angora y el Habana.
El pelo de estos conejos se utiliza en la fabricación de hilados y prendas como suéters y guantes, mientras que las pieles son procesadas para crear fieltro, esencial en la confección de sombreros.
Los conejos domésticos pertenecen a dos clases: de carne y de pelo. Los más populares como peleteros
son el Chinchilla, el Angora y el Habana. El pelo se utiliza para fabricar ciertos tipos especiales de hilados; las pieles, secas, esquiladas y tratadas de varias maneras, para confeccionar diferentes clases de prendas. Las mejores fibras se usan para la confección de prendas de punto, suéters, mitones y guantes; las clases inferiores, para la fabricación de fieltro. Muchas pieles de conejo silvestre son también despojadas de su pelo para la fabricación de fieltro. Como promedio se necesita el pelo de cuatro pieles de conejo para obtener fieltro suficiente para un sombrero.
Con todo, la principal finalidad de los conejos es la de suministrar carne. La II Guerra Mundial popularizó en toda Europa la cría de conejos, que permitía a las familias producir algo de carne para su propio consumo. En algunas partes de Norteamérica la cría de conejos para la producción de carne se ha convertido en una importante industria, pero la cría de estos animales para el consumo familiar no está muy extendida. Cuatro razas son populares como productoras de carne: la Blanca de Nueva Zelanda, la Flamenca gigante, la Roja de Nueva Zelanda y la Checkered gigante, que han sido cruzadas y seleccionadas a fin de producir la mayor cantidad de carne y la mejor piel en un periodo de alimentación razonable. El grupo reproductor debe ser seleccionado por su fecundidad, pronta madurez y elevado índice de producción de carne. La uniformidad en color, tamaño y robustez del cuerpo son también importantes si se quiere desarrollar un mercado duradero de carne de conejo.
Alojamiento y cuidados.
La cunicultura exige disponer de un alojamiento limpio. Las jaulas que no pueden mantenerse limpias fácilmente no sirven, pues expondrían a los conejos a tal variedad de enfermedades que el negocio resultaría muy aventurado.