Croce, Benedetto fue un filósofo italiano nacido en Pescasseroli en 1866.
A los 16 años sufrió la pérdida de sus padres en un terremoto, lo que marcó su vida.
Estudió Derecho en la Universidad de Roma y luego se adentró en la filosofía, influenciado por diversas obras.
En 1902 publicó su obra "Estetica", el primer volumen de su gran obra "Filosofia dello Spirito".
Fundó la revista La Critica en 1903, donde colaboró con numerosos artículos.
En 1910 fue nombrado senador del reino.
Para Croce, el pensador que se aparta de la lucha del mundo condena su inteligencia a la muerte.
Biografía de Croce, Benedetto
(1866-1952). Filósofo italiano, según el cual, el pensador que trata de sustraerse a la lucha del mundo condena a muerte su inteligencia. Nacido en Pescasseroli (Abruzos), pasó su niñez en Nápoles. Cuando contaba 16 años, perdió en un terremoto a sus padres, ricos terratenientes, y él mismo resultó gravemente herido y hubo de ser rescatado tras permanecer 12 horas enterrado entre escombros. Estudió Derecho en la Universidad de Roma en los años 1883-86, que más tarde describió como los más oscuros y tristes de su vida. De vuelta a Nápoles se dedicó primero a estudios históricos y filológicos; pero pronto, influido por las obras de Giambattesta Vivo y Francesca de Sanctis, se enfrascó en la filosofía. En 1902 publicó Estetica, primer volumen de su gran obra, Filosofia dello Spirito, en cuatro volúmenes (1902-16). En 1903 fundó la influyente revista La Critica, que dirigió durante veintisiete años y en la que colaboró con numerosos artículos. En 1910 fue nombrado senador del reino. Cuatro años más tarde contrajo matrimonio. Durante la I Guerra Mundial apoyó la causa aliada, no sin rechazar enérgicamente la tesis de que la guerra fuera una pugna entre culturas superiores e inferiores.
Después de la guerra fue ministro de Educación en el Gabinete Giolitti (1920-21). Al hacerse con el poder Mussolini, que se jactaba de no haber leído una sola página de Croce, éste, enemigo jurado de la Dictadura, fue obligado a retirarse de la vida pública. Desde 1926 hasta la caída del fascismo en 1943. fue prohibida la mención pública de su nombre. El régimen no se atrevió, sin embargo, a enfrentarse directamente con el filósofo ni a impedir la publicación de sus obras. La peligrosidad de éstas en la esfera religiosa indujo, no obstante, a la Iglesia (1932) a incluirlas en el Index expurgatorias.
El principio fundamental de la filosofía de Croce es que la actividad espiritual (mental) constituye la realidad absoluta. El hombre no posee nada más que la experiencia inmanente de su espíritu. No existe mundo objetivo fuera de la conciencia subjetiva que posee la mente de su propia actividad, que adopta dos formas: una intelectual y otra práctica. La actividad intelectual se divide a su vez en intuición (arte) y abstracción (filosofía); la actividad práctica de la mente se divide por su parte en economía y ética. El objeto de la historia es el espíritu humano con sus manifestaciones concretas en el campo del arte, la filosofía, la economía y la ética. La historia constituye, por tanto, el más pleno desarrollo de la búsqueda de la verdad por el hombre, absorbe a la filosofía y se identifica con ella. Reaccionando contra la desmesurada y optimista fe decimonónica en los métodos científicos, Croce negaba que fuera posible adquirir por medio de la ciencia un conocimiento genuino de la realidad. La ciencia es simplemente una forma respetable, útil y práctica de manejar cosas muertas y «ponerlas en orden».
Croce debe su fama fuera de Italia a sus teorías estéticas. La intuición artística, según él, es una reacción inicial que no establece distinción entre imágenes reales e irreales. Por consiguiente, las intuiciones artísticas no son percepciones de la realidad, que distinguen lo real de lo irreal, sino «puras intuiciones» de lo individual en cuanto se diferencia de lo universal.
Entre los más de 50 volúmenes que publicó en su vida destacan Materialismo Storico ed Economia Marxistica (1900), Storia d Italia dal 1871 al 1915 (1928) y Storia come Pensiero e come Azione (1938). Eugene Kramer