Thomas Cromwell, Conde de Essex, fue un destacado político inglés del siglo XVI, nacido en Putney.
Su vida comenzó en un entorno humilde, pero su ambición lo llevó a desempeñar diversos roles, desde marino hasta prestamista.
Su cercanía con el cardenal Wolsey le abrió puertas en la corte de Enrique VIII, donde jugó un papel crucial en el divorcio real y la disolución de monasterios.
Su influencia y habilidades políticas lo catapultaron a posiciones de poder, marcando su legado en la historia inglesa.
Biografía de Cromwell, Thomas, Conde De Essex
(1485?-1540). Político inglés, nacido en Putney, que abandonó muy joven la casa de su padre, un cervecero llamado Walter Gromwell Smyth, y fue sucesivamente marino, mercader, abogado y prestamista. Probablemente fue esta última actividad la que le atrajo la atención del cardenal Wolsey, gracias a cuya influencia desempeñó el puesto de recaudador de contribuciones, ocupó un escaño en el Parlamento (1524) y fue nombrado secretario confidencial de su protector. Al caer Wolsey en desgracia, Gromwell se procuró el favor de Enrique VIII inclinando al Parlamento en favor del Rey en la cuestión de su divorcio con Catalina de Aragón. Desde entonces progresó rápidamente en su carrera política: en 1535 fue honrado con el cargo de visitador general de monasterios y tuvo parte principal en la clausura de éstos y en la confiscación de sus propiedades; en 1536 fue ennoblecido, nombrado lord del sello privado y vicario general del Rey en lo eclesiástico, en cuya capacidad se apropió de gran parte de las tierras arrebatadas a los monasterios. Ardiente defensor de la supremacía del Rey sobre la Iglesia en asuntos de gobierno, ha sido considerado uno de los principales factores de la Reforma en Inglaterra. Despiadado con la oposición, con la que empleó, como se ha dicho, más el hacha que la pluma, ha sido tildado también de oportunista por haber utilizado el Protestantismo para instaurar la monarquía absoluta. El haberse concitado la enemiga del clero y de la nobleza en el desempeño de sus misiones de vicario general y gran chambelán, respectivamente, y el haber concertado el matrimonio de Enrique con Ana de Gleves (a quien el monarca detestó apenas vista) le colocaron en una difícil situación cuando los príncipes del norte de Alemania se negaron a aceptar su propuesta de alianza contra Garlos I. Esta situación fue aprovechada por su enemigo declarado, el Duque de Norfolk, que se apresuró a acusar de traición al recién creado Duque de Essex; la Iglesia contribuyó a empeorar su ya vacilante posición interponiendo contra él cargos de herejía. Aprobada contra él un acta de muerte civil, fue recluido en la Torre de Londres y decapitado, después de abjurar de toda herejía y volver al seno de la Iglesia Católica.