La palabra "crucificar" se refiere al acto de clavar o fijar a una persona en una cruz, como método de ejecución o tortura.
Históricamente, este término ha estado asociado con la crucifixión de Jesucristo (Leer: Crucifixión de Cristo), pero también ha sido utilizado para describir la práctica de ejecución en la antigüedad.
Ejemplos de uso: "En la antigua Roma, los criminales eran crucificados como castigo por sus delitos"
"La crucifixión era una forma brutal de pena capital utilizada en ciertas culturas antiguas"
En un sentido figurado, "crucificar" se utiliza para expresar el acto de atormentar o martirizar a alguien de manera intensa y cruel, causándole un sufrimiento extremo.
Esta acepción se emplea metafóricamente para describir situaciones en las que una persona es sometida a un intenso sufrimiento emocional o físico.
Ejemplos de uso: "El escándalo público crucificó su reputación y lo llevó a la ruina personal y profesional"
"La enfermedad terminal crucificó su cuerpo y su espíritu, pero nunca perdió la esperanza."
Origen etimológico de crucificar: proviene de la palabra latina crucificāre.
Segundo diccionario: crucificar
Origen de la palabra: (del latín crucificare; de crux, crucis, cruz, y figére, fijar.)