El cultivo de la avena es un proceso agrícola esencial que comienza con la cuidadosa selección y limpieza de las semillas, eliminando impurezas y semillas de malas hierbas.
Dependiendo del clima, la siembra se realiza en primavera o otoño.
La avena se adapta a diversos terrenos, especialmente al légamo y la arcilla, y responde positivamente al abono previo del suelo.
Su siembra puede hacerse a voleo o en surcos, y es ideal en rotación con otros cultivos.
cultivo de la avena
Es operación muy importante escoger y limpiar cuidadosamente las semillas para liberarlas del polvo y de semillas de malas hierbas. En los climas fríos suele realizarse la siembra a principios de primavera y en los cálidos a principios de otoño. La avena prospera en muchas clases de terrenos, pero se adapta mejor al légamo y la arcilla. Si el fertilizante se aplica directamente a la planta, la hace crecer con exuberancia; por ello es preferible abonar el suelo con anterioridad para que la avena se beneficie de la fertilidad residual. La semilla debe colocarse en hoyos
consistentes cubiertos por 50 o 75 mm de tierra suelta y blanda.
Las semillas se siembran a voleo o en surcos a razón de 17 a 26 di por ha, excepto en las regiones muy secas donde la proporción se reduce a la mitad. Sembrada en rotación de cultivo, la avena puede seguir a cualquier otro, salvo hierba o trébol. En Estados Unidos sigue al maíz en el norte y al guisante en el sur.
La recolección comienza cuando el grano está endurecido. En terrenos buenos, y si el tiempo ha sido favorable, la cosecha es de 26 a 53 hl por ha. En Estados Unidos, las tierras de regadío de la región de las Montañas Rocosas y N del Pacífico producen frecuentemente de 87 a 110 hl por ha; en los estados del sur la producción media es de 11 a 17 hl por ha. La recolección se realiza de modo similar a la del trigo. Si la avena está destinada a la obtención de heno, la cosecha tiene lugar cuando el grano se encuentra en estado lechoso. En condiciones normales una ha produce de 5 a 6,7 t de heno seco.
La avena es, principalmente, forraje para el ganado equino, pero también sirve de alimento al ganado vacuno, ovino o volatería. Ciertas variedades intervienen en la preparación de alimentos cereales para desayunos en forma de harina de avena y avena preparada, que contienen un 65 % de almidón y un 16 de proteínas y, al mismo tiempo, son ricas en vitaminas y minerales. La paja de la avena tiene aplicación en forrajes mixtos, camas de animales y preparación de abonos.