El culto a los antepasados es una práctica que consiste en la reverencia hacia aquellos que han precedido a una comunidad, especialmente a quienes fueron líderes o figuras importantes.
Esta veneración surge de la creencia de que el espíritu de los difuntos mantiene su influencia y poder tras la muerte.
Culturas como la china y la japonesa, así como pueblos antiguos y algunos grupos actuales, continúan honrando a sus antepasados, reflejando una conexión profunda con su historia y legado.
Reverencia hacia un antecesor o persona que lo simboliza en virtud de su situación anterior como cabeza de familia, tribu o estado, que, después de su muerte, pasó a convertirse en un dios o espíritu. Se practicó desde la más remota antigüedad y surgió en parte de la idea de que un alma o espíritu conserva después de su muerte la influencia y el poderío de que disfrutó en vida. La creencia está íntimamente relacionada con el animismo y el politeísmo.
China y Japón continúan siendo ejemplos destacados del culto a los antepasados entre los países civilizados, como lo fueron los antiguos romanos. Entre los pueblos primitivos se practica actualmente semejante culto sólo entre los negros bantúes y ciertos grupos de Asia y Melanesia. El culto a los héroes o caudillos del pasado, practicado entre los indios americanos, y la veneración de figuras históricas idealizadas entre los antiguos griegos constituyen una forma de atención hacia los antepasados que es preciso distinguir del verdadero culto a los antecesores. En China ha sido una creencia dominante y se ha convertido, en el confucianismo, en credo oficialmente aceptado. Los ascendientes tuvieron sus templos y ofrendas y conservaron tal influencia que las virtudes o defectos de sus descendientes se consideraron siempre reflejo de los de sus antecesores. Los hindúes hacían sus ofrendas al pitris (paires) o patrón divino, a quien imploraban pidiéndole éxito y felicidad. Entre los antiguos romanos, los manes o divinidades ancestrales se representaban por imágenes y se consideraban patrones del hogar, a quienes se apaciguaba con ofrendas. Figuraban entre los dioses de las regiones inferiores y en las tumbas se inscribía D. M., Diis Manibus. El culto romano a los antepasados está íntimamente relacionado con la apoteosis o deificación de una persona después de su muerte, aplicada a los emperadores.
En el Japón moderno la interacción del culto a los antepasados con el sintoísmo ha tenido máxima importancia en la formación del carácter nacional y ha ejercido indirectamente gran influencia en las relaciones internacionales. La lealtad al emperador-dios se apoyaba, en parte, en la creencia de que descendía directamente de la diosa Sol, reina de los cielos, tradición anulada por el emperador Hirohito después de la II Guerra Mundial. Aunque el Sinto no sea fundamentalmente un culto a los antepasados, ha constituido una forma de reverencia nacional hacia los antecesores imperiales y los héroes y, en calidad de sistema patrocinado por el estado, se convirtió en un culto al patriotismo, basado en el origen divino del soberano y en la descendencia divina de todo el pueblo. En los. tiempos antiguos los dioses de la naturaleza llegaron a confundirse con los antepasados imperiales. El culto japonés a los antepasados fue importado de la China.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de culto a los antepasados
Palabra inversa: sodasapetna sol a otluc Número de letras: 20 Posee un total de 9 vocales: u o a o a e a a o Y un total de 11 consonantes: c l t l s n t p s d s
¿Es aceptada "culto a los antepasados" en el diccionario de la RAE?